■ La miseria en algunas comunidades es por “características de la gente”: Salvador Escobedo
Sedeso: los apoyos contra la carestía, para que las familias compren lo mismo
■ Admite que en lugares apartados del país existen niveles de pobreza como los de África
Ampliar la imagen Salvador Escobedo, durante la entrevista en sus oficinas de Insurgentes sur Foto: Luis Humberto González
Ampliar la imagen Según datos de Desarrollo Social, al menos 300 mil familias en situación de pobreza alimentaria están fuera del programa Oportunidades Foto: Notimex
En lugares apartados del país se puede observar pobreza como en África debido a las “características de la gente”, ya que podrían dejar de estar en esa situación, señala Neftalí Salvador Escobedo Zoletto, coordinador nacional de Oportunidades, programa de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso). Precisa que ese plan es para mejorar “el capital humano”, pues para que una persona pueda salir de esa situación su entorno social debe cambiar, y eso lo debe hacer el municipio; es un “proceso multifactorial”.
En entrevista con La Jornada, sostiene que el apoyo para enfrentar la crisis por el precio de los alimentos, que anunció en mayo pasado el presidente Felipe Calderón, es para que la gente pueda seguir consumiendo los mismos productos. Para la entrega de los 240 pesos bimestrales a los 5 millones de familias inscritas en Oportunidades, que comenzó este mes, se destinarán en lo que resta del año 4 mil 180 millones, y para continuar dando ese apoyo en 2009, agrega, se solicitaron a la Cámara de Diputados 7 mil 500 millones.
En relación con los fondos adicionales que reciben los beneficiarios de Oportunidades, asevera: “cuando alguien recibe un ingreso extra compra lo que se le antoja. Somos seres humanos, y es importante que las beneficiarias sepan que no es para adquirir cosas extras, sino para que compren lo mismo de antes. Los 240 pesos sirven para compensar el alza de los precios. Se busca que no utilicen el dinero para algo que no está concebido y al rato haya problemas de carestía en la mesa humilde de sus hogares”.
Aumento de precios
–¿Cómo se han observado entre la población los efectos del aumento a los precios de los alimentos?
–Estaba en San Luis Potosí, en la entrega de apoyos, y a una señora le pregunté: ‘¿Cómo ve los alimentos? ¿Han subido?’ Y me dijo ‘sí, compro dos litros de aceite al mes. Antes me lo vendían en 10 pesos, pero ahora está en 23. Son 13 pesos más, y ya no vamos a comprar aceite, sino manteca’. Le dije: ‘no, señora, para eso el gobierno del presidente Felipe Calderón le va a dar 240 pesos más, para que usted pueda adquirir aceite’.
“El impacto es variado. Algunas cosas que más han subido son el aceite, el maíz, sólo en algunos lados, y el frijol. Depende de las características de las familias, del consumo. Sí les ha afectado. Atendemos a las familias de los dos deciles más bajos de la población. Una familia utiliza 46 o 48 por ciento de sus ingresos totales en alimentos, pero cuando gasta 70 por ciento existe una afectación muy grande a su economía.
“Ha mejorado mucho la calidad de la alimentación. Lo vemos en muchos lados. Existe mejoría de 20 por ciento en la calidad de los alimentos. De hecho, las familias comen mejor. Se nota en los 0.67 centímetros más de talla en los niños de cero a cinco años (que se dio en los pasados 10 años). Crecen más. Talla baja es sinónimo de desnutrición crónica. Si empezamos a vencer eso, quiere decir que los infantes están alimentándose mejor, que ya no tienen desnutrición crónica.
“La transferencia no debe desincentivar el trabajo. Por eso lo que canalizamos a cada familia equivale a 20 por ciento de su ingreso mensual promedio. Consideramos que esos 120 pesos adicionales permitirán conservar esa mejora en la calidad de los alimentos.”
–¿Se cubre a todas las familias en pobreza alimentaria?
–No a todas. Hay que ser realistas. Unas 300 mil no. No tienen acceso a ofertas de salud y educación. Son atendidas mediante otro programa, que es el alimentario de zonas marginadas, el cual se inició este año.
–¿Se pueden encontrar en México niveles de pobreza como en África?
–Sí, los llega a haber, pero son lugares muy apartados. Tiene mucho que ver con las características de la gente, porque ya tienen la posibilidad de no estar así. Hay comunidades indígenas en las que dices bájense tantito. Los habitantes pueden tener la posibilidad de tener otras ofertas de servicios. A diferencia de África, que dices, pues cámbiate de país. No, es bajar a la gente dos horas de camino.
–¿Qué municipio es el que está en mayor pobreza alimentaria?
–No lo tengo identificado. Están los 100 más pobres. Metlatónoc, algunos de Oaxaca. Ya estando en esos 100, la pobreza que existe es impresionante. No hay servicios, pavimentación, agua, drenaje. En la calidad de vida de las beneficiarias del programa sí se puede ver mejoría. La pobreza, en sí, es un proceso multifactorial. Para que una persona pueda brincarla su entorno social debe cambiar, y éste lo modifica el municipio. El plan contribuye a aumentar el capital humano.
–¿El proyecto se ha vuelto asistencialista con la entrega de apoyos directos?
–No, dado que existe un compromiso entre el Estado y las beneficiarias, donde a cambio de una transferencia económica se comprometen a actividades que desarrollan su capital humano; por ejemplo, dar papilla a los niños. Las embarazadas, a tomar complemento alimenticio. También destaca inscribir a los hijos en las escuelas y recibir becas, asistir periódicamente a consultas de salud. Cualquier mayor de 15 años, a los talleres de autocuidado de la salud.
“No es dar dinero porque sí. Hay compromiso de ambas partes. En el momento en que una familia deja de cumplir sus responsabilidades, entonces el gobierno suspende el apoyo. Alrededor de 200 mil familias al año salen del programa, sobre todo por no cumplir con los compromisos en salud.”