Ciudad Perdida
■ La cola de la tormenta del caso News Divine
■ El tema da para alentar egos y cumplir venganzas
Más temprano que tarde, los presuntos responsables en el caso News Divine recibirán la noticia de que a ninguno se le puede imputar, con los elementos que se tienen hasta el momento, crimen doloso, y eso, en términos de justicia, rebotará para mal en todos los ámbitos de la vida del Distrito Federal.
El lío, que no tardará en estallar, está atado a un mecha cada vez más corta que dejó prendida Rodolfo Félix Cárdenas aún siendo procurador, que se aceitó con la necesidad del propio funcionario de ejercer venganza en contra del entonces jefe de la policía capitalina, Joel Ortega Cuevas.
Esa situación llevó a Félix Cárdenas a levantar una acusación tan seria como la de homicidio doloso en contra de los involucrados directamente en la desgracia del antro, aún y cuando él sabía que probarla sería casi imposible, dadas las circunstancias del caso.
Tampoco midió que el fracaso en esa empresa podría, o mejor dicho puede, lastimar muy seriamente la credibilidad del gobierno que encabeza Marcelo Ebrard. Esto porque si las pruebas que se logren recabar no alcanzan para culpar a los que ahora están detenidos, entre ellos el ex fiscal de homicidios, Guillermo Zayas, no faltará quien suponga que la idea de hacer justicia por parte del gobierno fue nada más un montaje.
Hasta donde se sabe no existen los argumentos legales, ciertos y apoyados en pruebas que puedan llevar a los acusados a recibir una pena por homicidio doloso, aunque se han redoblado esfuerzos para tratar de justificar la acusación, y eso tiene verdaderamente preocupados a todos en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, y a buena cantidad de funcionarios en las oficinas centrales del gobierno central.
Si bien es cierto que el propio Marcelo Ebrard se ha encargado de asistir a las familias de los jóvenes muertos en el antro, que los apoyos, de todo tipo, han fluido sin parar casi desde el primer momento, el sentimiento de venganza, más que de justicia, que se creó en torno a los decesos, escaló niveles que hicieron rechinar las estructuras de gobierno.
No sin costos extraordinarios, Ebrard ha resistido los embates mediáticos, el oportunismo inocultable del PAN y el hambre insaciable de reflectores de la Comisión de Derechos Humanos del DF, que ha encontrado en las embestidas al jefe de Gobierno el trampolín para catapultar hasta donde se pueda los intereses de su presidente, que no perdona, por ejemplo, que en el acto donde Ebrard ofreció disculpas a los deudos de las víctimas, él no fuera la figura relevante ni sancionara la actitud del jefe de Gobierno. Por demás está decir que ante lo fugaz de su presencia mediática, pretende repetir el numerito para calmar la voracidad de su robustecido ego.
En fin, lo importante de todo esto es que la procuraduría del DF debe tener en cuenta que sin injusticia, y sin tropiezo, se debe mostrar a la ciudadanía la verdadera situación de quienes se hallan presos por el asunto News Divine. Esto porque la credibilidad del gobierno citadino está en juego, y porque no se debe permitir que el oportunismo y el ego se disfracen de héroes ante la carencia de precisión en los hechos. Así que, ¡aguas!
De pasadita
Ahora resulta que el trafical cotidiano de la ciudad es el culpable de que mil niños, los más aplicados de las primarias del país, sean alojados en el Campo Militar Número Uno, desde donde, dicen, es más fácil coordinar sus actividades, en lugar de ponerlos dispersos en los hoteles donde siempre habían permanecido durante la semana en la que las autoridades de la SEP les reconocen sus méritos estudiantiles. La SEP se ahorrará 6 millones de pesos y los militares, de pasada, les enseñarán cómo es la vida de cuartel. ¡Qué barbaridad!