■ El ex líder serbiobosnio vivía tranquilo en Belgrado y practicaba la medicina alternativa
Karadzic califica de “farsa” el caso en su contra y se niega a declarar ante el juez
■ La matanza de 8 mil bosnios musulmanes en 1995, el más grave de los cargos que enfrenta
Belgrado, 22 de julio. El ex jefe político de los serbiobosnios Radovan Karadzic trabajaba como supuesto médico bioenergético en una clínica privada, y viajaba tranquilo en los autobuses de Belgrado, donde daba conferencias sobre meditación y otras terapias alternativas, todo bajo un falso nombre.
Capturado tras permanecer prófugo 13 años, Karadizc, que cambió su apariencia, aguarda ahora su traslado a La Haya, donde lo espera el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY), que lo acusa de genocidio y crímenes contra la humanidad en la guerra de Bosnia entre 1992 y 1995 que dejó más de cien mil muertos.
El punto más grave de la acusación se relaciona con la matanza en Srebrenica, en julio de 1995, cuando las fuerzas serbias mataron a unos 8 mil hombres bosnios musulmanes.
Un juez local ordenó su extradición a La Haya, que puede ocurrir muy pronto, a más tardar esta semana, si bien el abogado de Karadzic dijo que apelará de esta decisión.
Karadzic, de 63 años y siquiatra de profesión, vivía bajo el nombre falso de Dragan Dabic. Fue detenido anoche por las fuerzas de seguridad serbias cuando viajaba en un autobús en los alrededores de Belgrado, e inmediatamente fue interrogado por el juez de instrucción de la sala de Crímenes de Guerra del tribunal de Belgrado, primer paso para su extradición al TPIY.
Las autoridades serbias difundieron fotos que muestran a Karadzic muy delgado, con largos cabellos canos, barba crecida y gafas. “Su identidad falsa era muy convincente”, declaró el fiscal serbio para crímenes de guerra Vladimir Vukcevic.
Karadzic calificó el caso en su contra de “farsa” y mantuvo silencio durante el interrogatorio, pues de acuerdo con su abogado, fue arrestado la noche del viernes y no el lunes, cuando fuerzas de seguridad lo bajaron de un autobús cerca de Belgrado.
Tras sus comparecencia ante el tribunal, Karadzic recibió en prisión la visita de su hermano y de otro familiar, pero su esposa y sus dos hijos no pueden viajar, pues les está prohibido salir de Bosnia, donde residen, y les fueron retirados sus pasaportes.
En Bosnia, dirigentes saludaron la noticia. “Esto al menos supone cierta satisfacción para las familias de las víctimas de la guerra”, dijo Haris Silajdzic, miembro musulmán de la presidencia tripartita. Sin embargo, unos cien ultranacionalistas protestaron en el centro de Belgrado por el arresto de Karadzic, un estrecho aliado del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, que murió preso en La Haya en 2006, antes de que el TPIY pronunciara su veredicto en su contra.
De hecho Karadzi fue arrestado cuando las autoridades serbias en ralidad buscaban al general Ratko Mladic, también acusado de crímenes de guerra por lel TPIY. El tercer fugitivo cuya captura está pendiente es Goran Hadzic, un ex político serbio buscado por limpiezas étnicas en Croacia.
El nuevo primer ministro serbio pro occidental, Mirko Cvetkovic, instó a los dos fugitivos a entregarse. “Estamos reconstruyendo los movimientos de Karadzic y utilizaremos esa información para detener a los demás fugitivos”, dijo a su vez Rasim Ljajic, encargado serbio de la cooperación con el Tribunal para Crímenes de Guerra.
La captura de Karadzi era una condición para que Serbia pueda integrar la Unión Europea (UE) que, sin embargo, se mostró prudente sobre el impacto que tendrá la captura en las aspiraciones de Belgrado.
A pedido de Holanda, el fiscal del TPIY Sergue Brammertz deberá decidir si Serbia realmente coopera con el el tribunal de la ONU, señalaron los cancilleres durante una renión en Bruselas, en las que además instaron a las autoridades serbias a no ceder en la búsqueda de los otros presuntos criminales.
El arresto de Karadzic fue calificado por el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, como “un momento histórico para las víctimas, que han esperado 13 años a que Karadzic sea llevado ante la justicia”.
Estados Unidos señaló que su detención rinde “homenaje” a las víctimas de atrocidades durante la guerra en la ex Yugoslavia.
“¡Por fin! ¡Trece años!”, dijo el canciller francés, Bernard Kouchner, mientras que el encargado de política exterior de la UE, Javier Solana, felicitó al gobierno serbio y dijo confiar en que el fiscal general del TPIY declare que la cooperación va en la dirección correcta.
En Rusia, la cancillería dijo que el traslado de Karadzi es un asunto interno de Serbia, pero el presidente de la Duma, el ultranacionalista Vladimir Zhirinovski, lamentó la actuación de las asutoridades serbias al señalar que “durante la guerra de Bosnia, los serbios defendieron su patria pero (por culpa de occidente) se quedaron con la mitad del territorio”.