■ Importantes, los vínculos con Bolivia, señala el diplomático de EU
Evo Morales entregará a Thomas Shannon pruebas sobre la injerencia estadunidense
La Paz, 22 de julio. El presidente Evo Morales informó que este miércoles presentará pruebas al secretario de Estado Adjunto para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Thomas Shannon, de la utilización de recursos de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) para hacer campaña contra su gobierno con miras al referendo revocatorio del 10 de agosto.
En la población de Colquechaca, departamento de Potosí (sur), el jefe de Estado boliviano apuntó que “ha escuchado decir” que ahora todos los partidos opositores se han organizado en una coordinadora, junto con la embajada de Estados Unidos, “para hacer una campaña contra Evo”.
Este miércoles “a las cinco de la mañana tengo una reunión con un gringo (Shannon) y le voy a presentar pruebas de cómo desde Estados Unidos hacen campaña contra mí, contra el gobierno, y por lo tanto contra los movimientos sociales”, anunció el mandatario, quien según encuestas ganará el referendo revocativo con 49 por ciento de apoyo popular.
Al respecto, Shannon, quien arribó esta madrugada al país, comentó que va a escuchar “con interés, con respeto y con muy buena voluntad” todo lo que tengan que decir el presidente boliviano y sus ministros.
El diplomático estadunidense, quien visitó esta tarde aquí el Museo Etnográfico, dijo que las relaciones entre Estados Unidos y Bolivia son importantes, y señaló que se va a hacer todo lo posible para relanzarlas y superar los problemas que se han presentado.
En la agenda de Shannon, entre otras visitas, se habían programado reuniones en El Chapare, respecto a lo cual el presidente Morales comentó que mientras no se reúna con el gobierno boliviano el funcionario estadunidense no puede programar por su cuenta ninguna agenda de visitas a esa región.
“Bolivia es un país soberano y cualquier visita de funcionarios extranjeros necesariamente tiene que pasar por gestiones ante el gobierno nacional o la cancillería de la república”, dijo el jefe de Estado boliviano a la oficial Agencia Boliviana de Información.
También dijo que Bolivia está abierta al diálogo pero “en base al respeto entre los países, y ningún representante puede hacer su propia agenda si eso no es conocido por las autoridades nacionales”.
El Chapare, en el trópico cochabambino, es la región en donde Morales ha sido máximo líder de las seis federaciones de productores de hoja de coca en los recientes 20 años, y desde donde llegó a la presidencia. Recientemente, los sindicatos cocaleros expulsaron de dicha zona a los representantes de USAID y declararon no grata la visita de Shannon.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, estimó que éste es un buen momento para “relanzar” las relaciones con Estados Unidos, “desde el buen nivel en que éstas se encuentran”.
Sin embargo analistas evalúan que las relaciones bilaterales están en un momento delicado, por la decisión de Washington de otorgar asilo al ex ministro boliviano de Defensa Carlos Sánchez Berzaín, acusado de genocidio y delitos económicos.
Estados Unidos ha colaborado con los gobiernos bolivianos en un programa de erradicación de la “hoja sagrada”, primero forzoso y ahora voluntario, y con esquemas de desarrollo alternativo financiados por la USAID, acusada por el gobierno de Evo Morales de financiar conspiraciones de la oposición para desestabilizarlo.
En otro orden, la viceministra de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, Nardi Suxo, pidió al fiscal general de la república, Mario Uribe, iniciar ante el Congreso un juicio de responsabilidades contra los ministros de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), “por proteger a los corruptos”.
Esto debido a que la SCJ determinó la prescripción del juicio a Tonchi Marinkovic, ex ministro de Salud del gobierno del dictador Hugo Bánzer, acusado de presunta comisión del delito de conducta antieconómica por más de un millón de dólares por la compra irregular de vacunas en 1998.
Dicha prescripción “demuestra que en Bolivia somos pocos lo que realmente queremos luchar contra la corrupción. Está demostrado que la corrupción en el país está organizada institucional y políticamente” señaló Suxo.