■ El gobierno mexicano no ha dado seguimiento administrativo: ministro del Trabajo ibérico
A más de un mes del acuerdo migratorio con España, no llegan ofertas de empleo
■ Ni siquiera ha mostrado interés por el catálogo de plazas que se ofrecen en aquel país
Hace poco más de 40 días, en concreto el pasado 12 de junio, se firmó y entró en vigor el primer acuerdo bilateral en materia migratoria entre México y España, que es en realidad un programa piloto con el que se pretende incentivar la contratación de mano de obra mexicana para trabajar en el país ibérico.
El acuerdo, anunciado con bombo y platillo por el propio presidente de México, Felipe Calderón, durante su visita de Estado a España, no ha generado aún ninguna oferta de empleo, además de que hasta el momento no se ha registrado ningún seguimiento administrativo por parte de las autoridades mexicanas, según confirmó el ministro del Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho.
Calderón y su homólogo español firmaron entonces un “memorándum de entendimiento” en materia migratoria, es decir, un acuerdo sin obligaciones legales con el que se pretende incentivar la contratación de mano de obra “cualificada” mexicana por las empresas españolas.
Este pacto se anunció primero en octubre de 2007, cuando el titular de la Secretaría del Trabajo, Javier Lozano, se comprometió a que entraría en vigor “el 1º de enero de 2008”. No fue así; se volvió a firmar el acuerdo, con algunas modificaciones y en una nueva figura legal, en la última visita de Calderón a España.
Así se cumplió con una reivindicación de las autoridades mexicanas que nació en 2003, en respuesta al ofrecimiento expreso del entonces presidente español José María Aznar, y que asumió como propio el actual mandatario español, José Luis Rodríguez Zapatero, en gesto de agradecimiento por la solidaridad y generosidad de nuestro país con los miles de exiliados de la Guerra Civil española (1936-1939).
Lo más grave
A 40 días de su entrada en vigor, tanto las autoridades españolas, en concreto el propio ministro Corbacho, como los representantes diplomáticos mexicanos informaron que hasta la fecha no se ha registrado ninguna oferta de empleo de las empresas españolas. Y, lo más grave, que las autoridades mexicanas no han aprovechado la publicación del “catálogo” de necesidades de trabajadores en España para facilitar fuentes de empleo a sus connacionales.
“Todavía no hemos solicitado nada porque España aprueba su catálogo de contrataciones primero por las propias peticiones que hacen las comunidades autónomas –el más reciente fue anterior a la firma de este convenio–, y en función de este listado se hacen las ofertas.
“No es que haya falta de voluntad, sino un problema interno. Pero esto es un tema tanto del país de destino como el de origen. Es decir, España hace un catálogo y dice, por ejemplo, que va a necesitar 15 mil puestos de trabajo de determinadas características, y entonces ya el país de origen puede interesarse”, explicó el ministro español en un encuentro con periodistas latinoamericanos.
Ernesto Sosa, representante de la embajada de México en España, confirmó esta información, al ratificar que en efecto no se ha generado aún ninguna oferta de empleo y que las autoridades mexicanas tampoco han dado seguimiento administrativo, a través de comunicación interministerial, a este asunto. “Estamos en la primera fase, de divulgación y difusión del acuerdo migratorio, con lo que nos hemos dedicado a informar de este instrumento a los empleadores españoles, las cámaras de comercio y a las diferentes comunidades autónomas”.
Sosa informó además que, desde la firma del acuerdo, únicamente se han puesto en contacto con las agrupaciones empresariales de dos de las 17 comunidades autónomas españolas, que son Madrid y Castilla y León. Asimismo explicó que también están “a la espera” de que finalicen un “tríptico informativo” que están haciendo “en coordinación con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social” y que hasta la fecha no han concluido.
Viaje a América Latina
El ministro Corbacho anunció además que prepara una gira de trabajo por América Latina con un objetivo: “aclarar” la posición de España en asuntos migratorios, sobre todo a raíz de su apoyo a la directiva de la Unión Europea (UE) –llamada por algunos la “directiva de la infamia”– con la que se autoriza la reclusión hasta por 18 meses de migrantes “ilegales” y se endurecen las medidas contra este fenómeno.
“No hay tal cambio en política de inmigración; lo que sí hay es un contexto nuevo tanto en España como en Europa. En este momento la situación económica es de cierta complejidad y sin duda desgraciadamente esa complejidad económica no sólo es de un país, sino que lo es globalmente y también afecta a los países en desarrollo. En ese contexto hay que aplicar políticas que no pongan en crisis las que España ha venido desarrollando en los años recientes: el compromiso con el desarrollo y la cooperación con los países que necesitan esa ayuda”, señaló el ministro español.