■ El presidente Felipe Calderón promulgó la Ley de Fomento a la Lectura y el Libro
La “inaceptable” falta de lectores no se revertirá con la legislación
■ Escritores, editores y autoridades llaman a superar el sombrío panorama en ese ámbito descrito por la titular de la SEP
■ Nadie detalló cómo se concretará la aplicación de ese ordenamiento
Ampliar la imagen Josefina Vázquez Mota, titular de la Secretaría de Educación Pública; el presidente Felipe Calderón; el escritor Alberto Ruy Sánchez, y Sergio Vela, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, ayer, en la residencia oficial de Los Pinos durante el anuncio de la promulgación de la Ley de Fomento a la Lectura y el Libro Foto: Cristina Rodríguez
Tras dos años de “polémica”, el presidente Felipe Calderón promulgó la Ley de Fomento a la Lectura y el Libro, vetada por su antecesor Vicente Fox, pero advirtió que el problema crónico de la falta de lectura en México no se puede resolver por decreto.
Por eso demandó que haya un esfuerzo perseverante en la formación de las personas, en la labor de los medios de comunicación y de la escuela, tanto para transformar los hábitos de información y entretenimiento y dar una educación de calidad.
En la residencia oficial de Los Pinos, la industria editorial, escritores y autoridades celebraron éste como un día de fiesta; sin embargo, todos advirtieron que la ley por sí misma no puede transformar un panorama “complejo e inaceptable”, como el que describió la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Josefina Vázquez Mota.
Los datos más recientes citados por la funcionaria indican que 30 por ciento de los mexicanos no han visitado una biblioteca en toda su vida y 40 por ciento nunca han entrado a una librería; uno de cada ocho mexicanos no ha leído un libro en su vida y 30 por ciento no lo hicieron en el año anterior.
Recuperar competividad
Con la promulgación de esa ley concluyó una larga historia que tuvo su momento crítico el 1º de septiembre de 2006, cuando el presidente Fox la vetó por estar en contra del establecimiento del precio único en los libros.
En la actual legislatura las cámaras se mantuvieron firmes y aprobaron la ley el pasado 30 de abril, la cual señala que todo editor o importador de libros fijará el precio de sus ejemplares, el cual regirá en toda la República y estará registrado en el Consejo Nacional de Fomento para el Libro y la Lectura, de futura integración. El precio puede ser menor (nunca mayor) después de 18 meses de su edición o importación.
Durante la ceremonia, el escritor Alberto Ruy Sánchez, director de la revista Artes de México, planteó que se han gastado enormes energías en defender el libro y a los lectores mexicanos de medidas altamente corrosivas en vez de dedicarse a lograr que México no perdiera, como lo ha hecho, la situación altamente competitiva que tenía en la industria editorial internacional hace tres décadas.
Consideró que con esa ley “se levanta de verdad la cabeza”, y dijo esperar que sea el inicio de una política estatal que considere al libro como objeto de primer interés nacional, a la vez cultural y económico. Puso de ejemplo a España, país que ha convertido al libro en su cuarto producto de exportación.
El autor de Los jardines secretos de Mogador señaló que la ley debe hacer crecer algunos excelentes programas anteriores, como el de las bibliotecas escolares y de aula, que en los pasados dos años ha disminuido notablemente y que no debe desaparecer aunque parece que ésa fuera la tendencia.
Antes de elogiar al gobierno porque “sí lee y sí escucha”, se pronunció por no seguir tratando al libro comercial y físicamente como cualquier otra mercancía, porque perderá su diversidad natural y se parecerá a otros productos; tendremos, dijo, “sólo libros salchichas y libros zapatos que serán malas salchichas y malos zapatos”.
Luego de firmar el decreto, Calderón recordó que aprendió el amor a los libros de su padre, Luis Calderón Vega, escritor y biógrafo del PAN, y confesó que su primera experiencia de lectura no fue muy agradable.
“Me cambiaron de escuela entre segundo y tercero de primaria y mi mamá me hizo leer una geografía de Michoacán y me quedó bien claro que en julio era la época de lluvias de moderadas a intensas en el estado”, aunque después, dijo, las novelas de Emilio Salgari, que hablaban de corsarios y piratas, le fascinaron.
Bibliotecas para vivienda popular
Luego del reclamo de Ruy Sánchez, el mandatario instruyó a la titular de la SEP, que además de “revitalizar” las bibliotecas de aula, se establezca un programa que permita entregar nueva vivienda popular con una biblioteca de 15 o 20 ejemplares “fáciles de leer”, como un diccionario, guías de alimentación, una historia de México, un atlas, la Constitución, cuentos infantiles, obras de la literatura mexicana, un cancionero y alguna introducción literaria.
Como en la ceremonia ninguno de los asistentes explicó cómo se concretará la nueva ley, la prensa le preguntó algunos detalles al presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sergio Vela, quien respondió que el precio único se mantendrá por cinco años, “pero estoy hablando de memoria. Me están tomando por sorpresa, porque los puntos específicos de plazos los tendríamos que corroborar”.