Venezuela sólo dará contratos si hay transferencia de tecnología
Caracas, 27 de julio. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pidió a sus funcionarios no contratar a empresas extranjeras que no estén dispuestas a transferir tecnología al país sudamericano.
El mandatario refirió como ejemplo a empresas italianas –a las que calificó de amigas– que fabrican trenes en la nación, sin que hasta ahora se haya logrado instalar fábricas de partes ferroviarias a nivel local.
“La instrucción que doy es: empresa extranjera que no quiera darnos tecnología, bueno compadre, se acabaron los contratos. Traemos a otros que sí quieran”, declaró en su programa de radio y televisión Aló Presidente. “Tenemos el hierro, tenemos el acero”, reclamó al afirmar que la transferencia tecnológica será condición indispensable, “a menos que no corresponda por la magnitud de la obra” que habría que realizar.
El gobernante dijo que en su reciente viaje por Europa, empresas rusas se mostraron dispuestas a construir plantas de partes para la fabricación de ferrocarriles y sus vías. Aseguró que su visita a Rusia, Belarús, Portugal y España, durante la que firmó varios acuerdos en materia militar y energética, fortalece la posición de su país en el mundo. “(Nuestras) relaciones internacionales hoy se centran en el proyecto nacional de desarrollo, a través del relacionamiento y la cooperación”, dijo durante la emisión de su programa dominical.
Capitales rusos en el Orinoco
Hizo un balance de su gira por Europa la semana pasada y destacó los convenios en el área de petróleo con empresas rusas. “Consolidamos la presencia de Rusia en la faja petrolífera del Orinoco y miles de millones de dólares vendrán en los próximos años de empresas como Gazprom y Lukoil”, indicó. Capitales rusos invertirán hasta 30 mil millones de dólares en cinco años para desarrollar cinco unidades de producción, con capacidad hasta de 200 mil barriles de crudo en la faja del Orinoco.
Chávez fue recibido por el presidente ruso, Dimitri Medvedev; su homólogo de Belarús, Alexander Lukashenko; el primer ministro de Portugal, José Sócrates, y el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.