Usted está aquí: lunes 28 de julio de 2008 Cultura Dona el argentino León Ferrari 212 heliografías al Carrillo Gil

■ El museo de arte presenta actualmente una muestra de sus obras; concluye el 3 de agosto

Dona el argentino León Ferrari 212 heliografías al Carrillo Gil

■ Este tipo de trabajo fue la forma en como el artista pudo representar la consternación que sentía por la dictadura en su país

■ Presentarán el jueves 31 de julio el catálogo de la exhibición

Merry MacMasters

Ampliar la imagen La obra más representativa de León Ferrari, un avión de combate con un Cristo, con la cual manifestó su crítica hacia la guerra de Vietnam La obra más representativa de León Ferrari, un avión de combate con un Cristo, con la cual manifestó su crítica hacia la guerra de Vietnam Foto: cortesía del Museo de Arte Carrillo Gil

Ampliar la imagen El artista argentino realizando uno de sus trabajos El artista argentino realizando uno de sus trabajos Foto: cortesía del Museo de Arte Carrillo Gil

Una revisión de las bodegas del Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), que devino la exposición Inventario, reveló la existencia de 40 heliografías, fechadas en 1982, del artista argentino León Ferrari (Buenos Aires, 1920), quien recibió en diciembre de 2007 el León de Oro en la 52 Bienal de Venecia, por la calidad tanto estética como ética de su obra.

Tras exponer ese año en el MACG, Ferrari donó las heliografías al museo. Ahora, con motivo de una segunda muestra, León Ferrari. Obras 1976-2008, cuya exhibición concluye el 3 de agosto, el artista hizo una nueva donación de 212 piezas. La serie Heliografías, comenzada en 1980, tenía un significado especial para el artista.

Andrea Guinta, curadora de la muestra, junto con Liliana Piñeiro, apunta que Ferrari se había exiliado en Sao Paulo, Brasil, en 1976. En el catálogo que editará el MACG, el artista “hace una serie de aclaraciones en las que, por primera vez, señala un hecho fundamental: él en verdad está absolutamente consternado y preocupado por lo que está sucediendo en Argentina. De hecho, su hijo fue asesinado por la dictadura.

“Entonces dice: ‘no sé cómo representar ese horror. No existen imágenes capaces de transmitirlo’. De alguna manera las heliografías vienen a representar la locura del mundo contemporáneo, es decir, era una forma metafórica directa, no de traducir una situación de violencia, pero sí de representar esta consternación.

“Así que México fue importante porque en la exposición de 1982 Ferrari pudo conceptualizar mejor lo que hacía y vincularlo, por otra parte, con su propio contexto en Argentina y con el nuevo en que vivía en Sao Paulo.”

La nueva donación consta de obra adicional de la serie Heliografías; de la serie L’ Osservatore Romano; de Nunca más, y Nosotros no sabíamos, ésta última una recopilación de noticias que Ferrari hizo a partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. La actual exposición del MACG tiene como eje los núcleos temáticos de la donación, pero también muestra el carácter de “artista heroico” de Ferrari, porque a sus 87 años “no hace cosas pequeñas, sino obras monumentales”.

Para la ocasión, Guinta y Piñeiro trajeron unos dibujos recientes que tienen dos metros por dos metros, que son “transcripciones de las descripciones de algunos santos que dicen que vieron el infierno. Esas descripciones Ferrari las copia en estas pinturas en una letra muy pequeña, abigarrada”.

El artista, que trabaja con imágenes del catolicismo, considera que la Biblia es el fundamento de la violencia en Occidente, y se ha convertido en experto en la lectura de la misma. Dice que “los grandes genocidios comienzan en la Biblia, con la matanza de los santos inocentes o el diluvio universal, y en ese sentido pide por el fin del infierno”, apunta Guinta.

También, entre lo “último” están sus esculturas en poliuretano, material que Ferrrari “dispara de una pistola, que se va expandiendo y tomando forma casi de su mano. Trajimos una serie que tiene que ver con ciertos animales, su preocupación por los temas de la dictadura y los huesos humanos”. Guinta agrega que la muestra “da cuenta muy bien de ese espíritu experimental con la línea. El eje de la obra de Ferrari es el dibujo y el trabajo sobre la línea, en todas sus posibilidades. Es un dibujante, fundamentalmente, aunque siempre está presente la síntesis político-poética”.

Ferrari hizo sus primeras esculturas en cerámica en 1954. Durante años “fue un artista de culto”, afirma Guinta. Sin embargo, la retrospectiva de su obra, realizada en 2004 en el Centro Cultural Recoleta (CCR), en Buenos Aires, lo hizo conocido “en todos lados”, por la controversia que causó.

“Nunca vamos a tener una experiencia tan intensa como esos 40 días”, asegura Guinta, curadora de la retrospectiva, mientras que Piñeiro dirigía el CCR. El día de la inauguración “una persona rompió obras”. Después, sucedió todo, desde quienes “iban a rezar el rosario debajo de un avión de combate con un Cristo (1964), su denuncia en contra de la guerra de Vietnam, a la vez que obra emblemática de Ferrari. Hubo misas frente al CCR, amenazas de bomba, evacuaciones, cierre por la justicia, y eso que se hicieron visitas guiadas a los jueces y los sacerdotes”.

El catálogo de la muestra será presentado por Néstor García Canclini, Cuauhtémoc Medina y Ruth Estévez, el 31 de julio, a las 19 horas, en avenida Revolución 1608, San Angel.

 
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