Centenaria
El Diario*
Dimes y diretes
Notas de aquí y de allá
Personales
Un viejo verde, sin pelo y con cara de sátiro; tandófilo confirmado y haragán de primera, desea contraer matrimonio con una señorita que le frote el occipucio con la maravillosa “Cabellina Azteca.”
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Un tenor que tiene una úlcera en su “vis” cómica, desea saber el domicilio de Vivas Pérez, para comprarle sus Pastillas de Salicilatos, que dicen ser infalibles.
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La bailarina de las Aguas Cruz Roja desea contraer matrimonio con algún joven de corazón que le saque de los anuncios, pues ya está cansada de cargar con el vestido y con la botella. Dirijase la correspondencia á 1a. Bucarelli, 18.
1er. Aviso
Como no me convides á uno de esos “tes literarios,” me voy a enfadar.
Ya sé que se recitan allí poesías inéditas, y hace dos semanas que vengo tomando Topsyma (que me recomendó tina de Lorenzo) y á fuerza de purificarme la sangre he concebido (por obra y gracia de dicho específico) un poema que quiero dar á luz en tu casa.
Mi esfuerzo literario se apellida “mi Muzaraña,” y cuando lo recite con esa voz que Dios me ha dado, ha de dejar á mi tocayo Luis Urbina tamañito.
P.P. Y W.
Dice Zamacois:
Todas las bellas artes son modos ó fenómenos de “imitación”.
Sí señor, pero convengamos en que hay artístas (?) que imitan á los monos.
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Ayer tuve el gusto de saludar al Conde de la Limonada, de la aristocracia haitiana, á quien encontré comprando un hermoso traje en la “High life” de San Francisco.
Me dijo que por Haití las cosas andan muy “negras.”
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Me preguntan: ¿Tendría usted la bondad de decirme con cuántos sostenidos está escrita la diana que tocan y retocan en el Principal?
Y contesto: Con ninguno. Lo que sí tiene la tal diana son muchos bemoles. Creo que pasan de cincuenta.
*Se publicó de 1906 a 1917