Usted está aquí: martes 29 de julio de 2008 Opinión Feliz cumpleaños, Louise Brown

Javier Flores

Feliz cumpleaños, Louise Brown

Ampliar la imagen Louise Brown al partir el pastel cuando cumplió 25 años, en una imagen tomada del sitio cache.daylife.com Louise Brown al partir el pastel cuando cumplió 25 años, en una imagen tomada del sitio cache.daylife.com

El viernes pasado cumplió 30 años Louise Brown, el primer ser humano nacido a partir de una técnica de laboratorio: la fertilización in vitro (FIV). Su nacimiento fue un acontecimiento mundial que tuvo en su momento gran difusión, motivó profundos debates éticos y produjo cambios en el conocimiento sobre la reproducción humana, cuyos efectos se extienden hasta hoy. Con ella dio inicio una nueva era: la de los “bebés de probeta”, como fueron bautizados popularmente, aunque de manera incorrecta, los nacidos mediante tecnologías de reproducción asistida.

La vida de Louise ha sido como la de cualquier otra mujer. Su niñez fue completamente normal y en la etapa adulta se ha desempeñado como enfermera y empleada del servicio postal en Bristol, Inglaterra. Se casó con un trabajador de un club nocturno y la semana pasada celebró su cumpleaños en compañía de su pequeño hijo, Cameron, nacido apenas hace dos años, por medios completamente naturales.

Pero a pesar de tener una vida completamente normal, Louise es una celebridad. Es alguien comparable con el primer humano en pisar la Luna. Aunque quizá lo son también, pero menos conocidos popularmente, los doctores Patrick Steptoe y Bob Edwards. Ellos lograron en 1977, por primera vez en la historia, la hazaña de obtener los óvulos de una mujer –en este caso de Lesley, madre de Louise–, mezclarlos en un recipiente de vidrio o caja de Petri con fluido seminal, mostrando que era posible, bajo condiciones controladas, la fecundación y formación de embriones humanos fuera del cuerpo. Por si fuera poco, lograron la reimplantación del embrión en el útero materno y un embarazo normal, que culminó con el nacimiento de Louise mediante una operación cesárea. Los significados de esto son múltiples, pero hay uno muy importante… propiciar la vida.

A partir de la segunda mitad del siglo XX se produjo un cambio radical en la reproducción humana. Por una parte, las tasas de fecundidad se redujeron drásticamente, al pasar de aproximadamente siete hijos por mujer en los años 50, a 2.6 en promedio a escala global en 2006. De modo paralelo surgieron, especialmente a partir del último tercio del siglo pasado, los medios para lograr la fertilidad en las mujeres o parejas con incapacidad para procrear. Se trata de un proceso dual y contradictorio: por un lado, reducir la fertilidad y, por otro, aumentarla. En el centro se encuentran la ciencia y la tecnología. De este modo, la especie humana ha creado los medios para controlar uno de los aspectos más íntimos de lo humano: la reproducción. Se trata de un fenómeno irreversible, cuyas consecuencias apenas se vislumbran, pero apuntan claramente a la modificación de las formas de organización social. Se trata de una auténtica revolución, que no pasa por los territorios de las ideologías, sino por los del conocimiento y el control de los procesos biológicos.

El nacimiento de Louise Brown fue un parteaguas, pues permitió avanzar en el conocimiento de las propiedades de las células sexuales en aislamiento y ha dado lugar al surgimiento de nuevas técnicas, como la inyección intracelular de espermatozoides y la transferencia de citoplasma o de núcleos de una célula a otra con fines reproductivos.

Con el nacimiento de Louise se demostró además que puede prescindirse de la unión de los cuerpos en la procreación. Abrió el camino para la modificación del número de participantes en el proceso reproductivo, ya que la FIV permite actualmente la participación de donantes de óvulos o espermatozoides. Abrió las puertas a la diversidad sexual y a la individualidad reproductiva, pues permite que las mujeres solas o los individuos con diferentes orientaciones sexuales puedan tener hijos. Dejó en claro el surgimiento de un elemento nuevo en la sociedad, formado por un complejo técnico-científico que actúa como un intermediario entre los sujetos reproductivos y el acto de la procreación.

Por todas estas razones hay motivos suficientes para sorprendernos y para desear un feliz cumpleaños a Louise Brown.

 
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