■ Presentarán seis piezas breves en el contexto de la conferencia mundial sobre la enfermedad
Recurren a la ópera para crear conciencia en torno al sida
■ Proponemos el canto, porque el género lírico se basa “en la pasión y el deseo”, dicen
■ Ninguna de las obras alude de modo directo a la pandemia, sino al ejercicio del erotismo
La música como vehículo de educación, crítica y promoción de la conciencia social es un aspecto del cual aún hay mucho por explorar y aprovechar.
Así lo sostiene la pianista y docente Margarita Muñoz, quien a partir de esa convicción desarrolló el Proyecto Ópera Súbita, en el que se emplea este género para poner sobre la mesa el tema de la diversidad y la fugacidad de las experiencias sexo-amorosas en este siglo, para crear conciencia en torno a la prevención del VIH sida.
La propuesta comprende seis óperas breves, escritas ex profeso por igual número de compositores, las cuales serán presentadas dentro de la misma función, con el título Acsexo universal, en el contexto de la Conferencia Mundial de Sida que tendrá lugar en la ciudad de México del 3 al 8 de agosto.
Por ampliar el espectro social
De acuerdo con el compositor Isaac Bañuelos y la actriz Ana Francis Mor, esta última asistente musical y directora escénica de los montajes, uno de los grandes obstáculos para controlar y prevenir esa pandemia ha sido que, como otras problemáticas que amenazan a la humanidad, ésta es asumida y tratada de forma predominante como algo exclusivo de un orden o ámbito, en este caso el médico, y no en el espectro más amplio de lo social.
Al respecto, sostienen en entrevista que el arte, y en particular la música, es una extraordinaria herramienta para informar, sobreponerse a los prejuicios y concientizar en torno de éste y un sinfín de aspectos que colocan a la humanidad y al mundo en una encrucijada.
“No obstante todos los esfuerzos y las políticas que se han emprendido para combatir y prevenir esta enfermedad, las estadísticas demuestran que los casos en el mundo no sólo no disminuyen, sino que se incrementan”, indica Francis Mor.
“Eso quiere decir que se trata de un problema no sólo médico, sino social, emocional, de vida. Los folletos no han bastado para detener la pandemia.
“Estamos frente a un problema generalizado que todos debemos enfrentar, entre ellos nosotros, los artistas; no podemos estar al margen, tenemos una gran responsabilidad social.”
La pasión que en lo personal profesan por la ópera, pero sobre todo la amplitud de posibilidades expresivas y emocionales que ésta ofrece, son los factores por los que los participantes del proyecto eligieron ese género para abordar tan complejo tema.
“Desde su nacimiento, hace 400 años, la ópera ha tratado, como ninguna otra de las expresiones artísticas, la emocionalidad humana; éste es uno de los ejes principales del género”, señalan Margarita Muñoz y Francis Mor.
“Necesitamos abordar desde otro lugar los diferentes aspectos que atañen y preocupan al ser humano. En este caso apostamos por el canto, porque la voz llega de manera muy particular; una sola nota puede hacer temblar, vibrar a cualquiera. La ópera está basada en la pasión y el deseo.”
Montaje minimalista
La muerte asexuada, de Emmanuel Vázquez; Mariana, de Jean Angelus Pichardo; Filia, de Víctor Mendoza; El ánima de Sayula, de Gabriel de Dios Figueroa; Escenas de la vida cotidiana: declaración, de Isaac Bañuelos, e Instrucciones de uso, de José Carlos Ibáñez, son las obras que integran el proyecto.
Nueve minutos en promedio dura cada una y en lo musical pueden encontrarse propuestas de tipo contemporáneo y tradicional. Ninguna alude de manera directa al sida, más bien subrayan los paradigmas actuales en las formas de amar y ejercer el erotismo.
En cuanto al montaje, el plan-teamiento de Mor es minimalista, sin escenografía y con vestuario mínimo. Una puesta, subraya, muy apegada al cabaret, género en el que habitualmente se desempeña.
Las funciones de Acsexo universal serán el primero y 2 de agosto, en el teatro bar El vicio (Madrid 13, Coyoacán), a las 20 y 19 horas, respectivamente; el día 5, a las 15 horas, en la Aldea Global-Conferencia Mundial de Sida 2008, en el Centro Banamex (avenida del Conscripto 311, Lomas de Sotelo); el 8, en la Casa de la Cultura José Martí (afuera del Metro Hidalgo), a las 17 horas, y el día 9, a las 20 horas, en el Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez 30). Las tres últimas son con entrada libre.