■ Experto: los funcionarios consideran a esos grupos libres del VIH
Indígenas y afrodescendientes, fuera de las políticas de salud
Ampliar la imagen Auditorio en la preconferencia de pueblos indígenas frente al VIH Foto: José Carlo González
Las comunidades indígenas y afrodescendientes han sido borradas de las políticas gubernamentales de salud porque los funcionarios públicos son incapaces de relacionar VIH/sida con estos pueblos, afirmó Guillermo Núñez Noriega, integrante del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).
Al participar en la Segunda preconferencia Mundial de Pueblos Indígenas-originarios y Afrodescendientes frente al VIH/sida, las sexualidades y los derechos humanos, el especialista sostuvo que una de las razones por las cuales los funcionarios son incapaces de establecer dicha relación es porque el indígena es, para muchas personas, alguien exótico que habita en una población apartada y, por lo tanto, el sida no es una amenaza para él.
“Desconocen que en México, la mitad de la población indígena, es decir, unos 5 millones de personas, es migrante y vive en urbes del país o en Estados Unidos”.
Otra de las razones de esta desvinculación es la costumbre de pensar en la salud sin tener en cuenta a los pueblos indígenas y, en tercer lugar está la representación que los servidores públicos tienen de los indígenas y afrodescendientes, a los cuales ven con una sexualidad “natural”, es decir, “heterosexual”.
Según Núñez Noriega, los gobernantes creen que como no hay homosexualidad entre los indígenas, entonces no hay sida, cuando esta enfermedad ni es privativa de homosexuales, ni todas los indígenas o afrodescendientes son heterosexuales.
Por tanto, la condición étnica racial es un factor de vulnerabilidad frente al sida, “no reductible a otros elementos estructurales que incrementan su propia vulnerabilidad, como la pobreza, los bajos niveles educativos, la falta de acceso a los servicios de salud o los procesos migratorios”.
Amaranta Gómez Regalado, fundadora del colectivo muxe Binni Laanu, mencionó que en México no existen cifras sobre la incidencia del sida en comunidades indígenas y, en parte, esta ausencia de datos responde a un falso mito antropológico que considera a los indígenas asexuados, y por tanto, la pandemia no es una amenaza para ellos. En este sentido, agregó, otro de los mitos es que los indígenas no utilizan preservativo, sin embargo, “esto no responde a una cuestión de usos y costumbres, sino de acceso al condón. De todos los preservativos que la Secretaría de Salud distribuye, nos toca a ocho por persona al año”.