Ciudad Perdida
■ Otra consulta ciudadana
■ Los servicios públicos rigurosamente observados
Es muy probable que usted haya recibido en su casa un documento que le debió enviar el Observatorio Ciudadano de la Ciudad de México, donde se le pide que evalúe los servicios públicos que recibe de las autoridades de la capital del país.
En este observatorio, que es un instrumento que facilita la rendición de cuentas del gobierno a la ciudadanía, participan la UNAM, el IPN, el CIDE, la UACM y la UAM, entre otros, y será el que entregue las opiniones de la gente que quiera participar en esta otra consulta que pretende hacer que algunas cosas, dentro del gobierno citadino, cambien para mejorar.
El documento cuestiona al ciudadano, en más de cincuenta preguntas, sobre la calidad de los servicios que se prestan en la ciudad, y lo mismo señala a las dependencias del Gobierno del DF que a las del federal, y pide calificaciones que van de cero a 10.
Tal vez se crea que éste es otro ejercicio de los que los “demócratas” consideran inútil, pero parece ser un acto que, al transparentarse, da idea de cómo se mira desde el lado ciudadano la actuación de la burocracia en general, pero en especial la del DF.
Y esto porque más allá de la publicidad que los gobiernos puedan hacer sobre sus actos, está la opinión de la gente que, sobre todo, paga sus impuestos para recibir todos y cada uno de los servicios que manda la ley, y a los que están obligados los gobiernos.
Es importante señalar que los cuestionarios también llaman a los habitantes de las 16 delegaciones a expresar su opinión sobre la actuación de quienes gobiernan en cada una de las demarcaciones, evaluación que deberá servir para cambiar –en todos los casos– las formas de ejercer la autoridad.
La consulta que se hace a los ciudadanos es de las más completas. Hay interrogantes sobre el servicio postal, el de luz, lo mismo que se les inquiere acerca de la vigilancia policial o el mantenimiento de los espacios públicos, como parques y jardines.
El último de los apartados del cuestionario, marcado con la letra E, se refiere a cuestiones sociodemográficas, y aquí se pretende averiguar si el consultado tiene o no un trabajo remunerado, cuál es la ocupación del jefe de la familia, o la jefa, y el grado de estudios de quien responda a la consulta.
Aparte, en la última hoja se pide la opinión sobre los programas del gobierno de la ciudad, y se enlista a cada uno de ellos. Desde el programa de niños talento, hasta el de mejoramiento barrial, sin olvidar el de violencia familiar, el bachillerato universal a distancia, el seguro de desempleo o el de adultos mayores.
En fin, aunque la consulta al parecer ya debió haber terminado, es muy posible que al contactarse con el Observatorio Ciudadano de la Ciudad de México en su página de la red se pueda –en caso de que usted no haya recibido el cuestionario– responderlo aún ahora.
Lo malo de todo esto es que, según nos cuentan, la mujer araña puso a trabajar las cámaras y los actores para grabar otro de sus episodios, y demostrar con ello la inutilidad, la trampa de la consulta. Así anda la telaraña azul, ni modo.
De pasadita
Cuentan las buenas lenguas, las de fiar, que el secretario de Protección Civil, Elías Moreno Brizuela se lanzó a decir que en el Gobierno del DF habría despidos luego de que se le pidió cuentas sobre el personal que labora en la dependencia a su cargo. El asunto es que en la lista de cobros hay un número considerable de personas que, según nos cuentan, no existen, y el funcionario está en contra de que se les despida, y se dice que sí, que todos existen, pero están en Veracruz. ¿Qué andarán haciendo esos hombres y mujeres de Dios por aquellos lugares? Luego les platicamos.
También se nos platicó que la señora Ernestina Godoy, la ex jefa de la oficina nacional de Garantías y Vigilancia del PRD deja el puesto luego de soportar, por meses, la presión de los otros dos que se han prestado al juego sucio que podría por fin definir la situación y ¿la ruptura? en ese organismo. Ya veremos.