■ Para Eduardo Casar, su más reciente libro es un “divertimento sintáctico y lingüístico”
Amaneceres del Husar, novela que le da un significado distinto a las metáforas
Ampliar la imagen Eduardo Casar durante la entrevista Foto: María Luisa Severiano
Como un divertimento sintáctico y lingüístico, en el que las palabras, las metáforas y el sentido común se trastocan para darles un significado distinto al habitual, es como se podría catalogar la novela Amaneceres del Husar, escrita por el poeta y narrador Eduardo Casar (ciudad de México, 1952).
Es un texto que se empezó a gestar, explica el autor, “cuando un día iba yo muy contento en la calle y comencé a ponerme grandilocuente y a nombrar todo lo que veía con ese tono; es decir, buscando siempre en cualquier enunciado, alguna fisura para colar otro significado distinto al habitual.
“La dinámica aquí es un juego de palabras, la idea es darle otros sentidos a las frases o lugares comunes”.
Publicada en Punto de Lectura, en su colección de bolsillo, en la propuesta lúdica narrativa de Casar, de poco más de 100 páginas, “se hace uso de ciertos mecanismos del lenguaje que resultan interesantes”, explicó el también guionista.
“El lenguaje no sólo se abre por medio de las metáforas, sino a veces inclusive porque va operando en contra de las mismas.
“En la comunicación cotidiana usamos muchas metáforas todo el tiempo. En esta novela, se toma literalmente el sentido de las metáforas, es decir, la idea es no hacerle caso al sentido metafórico; sino obrar en oposición, a contracorriente de toda la metaforicidad cotidiana de nuestro lenguaje.”
Por ejemplo, “a la gente le gusta mucho salir adelante; ya que no puede salir atrás”.
En la novela se van hilando diversas anécdotas cotidianas. Los capítulos se dividen en “Encuentros del Husar” y “Husar adentro”. En el primero hay muchos más juegos de palabras, mientras que en el segundo “el lenguaje es más poético”, comentó el autor.
La historia gira en torno a un hombre que por azares de su vida resulta embarazado (simbólica y literalmente). Junto al protagonista aparecen personajes como la Susodicha, el General, el Coronel Aguilar y el Adelantado, entre otros.
“Los personajes, más que estar constituidos sicológicamente verosímiles, cumplen (por sus nombres) una función en el contexto de la trama”, en la que, de acuerdo con el autor, todos hablan igual.
“Similar a la novela Paradiso, de José Lezama Lima, en la que todos los personajes usan un mismo lenguaje; la cocinera cita, por decir algo, a Aristóteles y el chofer a Kant; en Amaneceres del Husar se trató de que todos hablaran igual, que hubiera un tono y lenguaje uniformes.”
Eduardo Casar es autor de una tesis de doctorado sobre Paul Riquer y la metáfora, es profesor de la Escuela de Escritores de la Sogem y conductor en el programa La Dichosa Palabra, que se transmite por Canal 22. La lectura de esta obra, debido a los juegos del lenguaje y algunas referencias literarias, concluyó, “requiere de un cierto tipo de atención y fue escrita deliberadamente corta para no cansar al lector”.