Aplicación discrecional de las leyes
Cancún, QR, 5 de agosto. Durante un debate organizado el jueves 17 de julio por el canal 10 de televisión por cable (cuyo propietario, Eduardo Toledo Parra, tiene un hotel clausurado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en Cozumel) la conductora de Fuego cruzado, Lilia Arellano, preguntó: “¿Por qué el hotel de los Bribiesca no se toca?”, en referencia al Eurostar Azul and Spa (antes Azul-Blue), que, según habitantes de la localidad, es de los hijos de Marta Sahagún.
Luis Jorge Morales, delegado de la Profepa en Quintana Roo y quien ha encabezado las clausuras, respondió: “De poquito en poquito, pero a todos les va a tocar”. Roberto Palazuelos, también invitado al debate, dijo que si las autoridades quieren los terrenos del parque “hagan un decreto nuevo, bien hecho, y paguen a la gente lo que valen esos terrenos de playa, mil dólares el metro cuadrado”.
Raciel Villegas, director de Impacto Ambiental y Zona Federal de la Profepa, respondió que él no estuvo de acuerdo con los permisos que se otorgaron al Azul-Blue, pero los dueños acudieron a “instancias muy arriba”.
El delegado del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) en Cancún, Gustavo Ortega Joaquín, apuntó que tiene órdenes de “ir saneando lo del pasado, porque los empresarios han abusado”. El delegado de la Profepa insistió en que las clausuras seguirán porque en el estado también hay problemas de tala inmoderada y contaminación. Los hoteleros dicen que su industria no tiene chimeneas, cuando en realidad sí las tiene, “nada más que están para abajo”, y contaminan los suelos.
La conductora recordó algunos casos en que las dependencias federales han pasado por alto las normas ambientales: los Fastlich “tuvieron permiso para devastar todo el manglar” y la cadena Riu construyó en Cancún un hotel con cuatro pisos más de los autorizados, hizo otro sin manifestación de impacto ambiental y no pasó nada.
“La orden que yo tengo –dijo Raciel Villegas– es poner orden en Quintana Roo”. Reconoció que el Azul-Blue está en el parque y tiene autorización de impacto ambiental. “Legalmente no podemos hacer nada ¿Cómo la consiguió? Quién sabe, pero la presentó cuando se le requirió. En Profepa no tuvimos nada que ver con las autorizaciones que dio Semarnat. Nosotros acabamos de llegar”.