La Jornada Olímpica

■ Con 51 preseas de oro ocupó el sitio de honor en el medallero; EU obtuvo 36 doradas

China cumplió su meta de convertirse en la primera potencia deportiva del mundo

■ Conservó la supremacía en varias disciplinas y en otras mejoró para llegar a lo más alto del podio

Afp

Pekín, 24 de agosto. Con 51 medallas de oro, 21 de plata y 28 de bronce, China terminó ampliamente delante de Estados Unidos (36 oros) en el medallero final de Pekín 2008, a pesar de que los estadunidenses dominaron en el número total de metales.

El país anfitrión había advertido que aspiraba a coronarse primera potencia deportiva del mundo y lo logró en “sus” Juegos Olímpicos.

La supremacía de los chinos sorprende, sobre todo en deportes en los cuales hasta ahora no brillaban demasiado, como tiro con arco, esgrima, vela, volibol de playa o natación.

Todo eso sin perder la supremacía en sus deportes naturales, como clavados, tenis de mesa, bádminton y halterofilia.

Para llegar hasta aquí, los chinos no escatimaron esfuerzos, preparación ni inversiones. El objetivo era crear una elite deportiva en prácticamente todas las disciplinas.

Y si hay un solo ámbito en el que China se abrió al mundo, ese fue el deportivo.

Las autoridades de ese ramo, más acostumbradas a imponer la obediencia, la disciplina y sus propias reglas de vida colectiva, recurrieron a por lo menos 40 entrenadores extranjeros que trajeron en sus maletas métodos inéditos en este país, instrumentados con gran éxito.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la hegemonía siempre se repartió entre Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas primero, y luego Rusia; es la primera vez que un tercero en discordia se inmiscuye en el orden establecido.

China dio el primer aviso el 9 de agosto, un día después de la inauguración de los juegos, con la primera medalla ganada para el país anfitrión por la pesista Chen Xiexia, quien batió la misma jornada dos récords olímpicos.

Esta casualidad del calendario la convirtió en una estrella, y con su notoriedad y patrocinadores, en una millonaria en potencia. El público también respondió en los estadios y animó a rabiar a cuanto deportista o equipo locales participaron en la competición.

Otra señal: se decía que los chinos eran flojos en natación. Pero al final se llevaron una medalla de oro, tres de plata y una de bronce.

Liu Zige y Jiao Liuyang, hasta ahora más bien desconocidas, coparon los dos primeros lugares de 200 metros mariposa, con un récord mundial, superando a la australiana Jessicah Schipper y relegaron al cuarto lugar a la campeona olímpica de Atenas 2004, la polaca Otylia Jedrzejczak.

En 400 metros libres, Zhang Lin se quedó con la plata, a medio segundo del sudcoreano Taehwan Park.

En tanto, los clavadistas cosecharon siete oros en ocho pruebas, “como de costumbre”, se podría decir. Sólo el australiano Mitcham, en plataforma, pudo hacer la hombrada de llevarse el primer lugar del Cubo de Agua.

Entre los pesistas, el anfitrión dominó con cuatro títulos para los hombres y otros tantos para las mujeres. De los nueve récords mundiales, tres los batió Liu Chunhong (69 kg).

En bádminton, la “veterana” Zhang Ning (33 años) defendió con éxito su título olímpico derrotando a la número uno mundial, Xie Xingfang, pero fue sobre todo en gimnasia donde China ejerció de superpotencia, con nueve de las 14 medallas de oro en liza. La única mancha en este dominio fue la polémica en torno a la corta edad de varias de las medallistas.

Sin embargo, China tiene todavía muchos progresos que hacer en atletismo. El gigante asiático esperaba a su ídolo Liu Xiang en 110 metros con vallas, pero ni siquiera pudo correr a causa de una lesión. Su pequeño consuelo es que Estados Unidos estuvo muy por debajo de sus aspiraciones en esta disciplina.

Pero en tenis de mesa reinó el orden: los chinos defendieron con éxito sus cuatro títulos.