■ Se deben acatar los resultados de la consulta sobre Pemex, indica
Camacho pide al gobierno evitar la tentación autoritaria
■ Afirma que la mayoría de los mexicanos rechaza privatizar la empresa
Al presentar el balance final de la consulta ciudadana sobre la reforma energética, Manuel Camacho Solís calificó a ésta de exitosa por la elevada participación, estimada en 2.6 millones de personas, de las cuales 90 por ciento rechazó la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Destacó que estos resultados, junto con la propuesta de reforma planteada por el Frente Amplio Progresista (FAP), constituyen una propuesta de negociación con el gobierno que deberá ser considerado y evitar caer en la tentación autoritaria.
Advirtió que sería muy grave que el Ejecutivo estuviera ya prefigurando una mayoría de votos junto con el PRI para aprobar lo que en realidad es una reforma constitucional disfrazada de enmienda legal, “porque saben que no cuentan con los votos necesarios para modificar la Constitución”.
Por ello, consideró que debe haber una visión de Estado en la negociación y no apostar a que la dupla PRI-PAN haga de lado esta postura.
“Esto nos llevaría a un escenario que no convendría a ninguno de los actores: movilizaciones y protestas contra la pretensión autoritaria de imponer una reforma. Es necesario que desde el gobierno se valore la importancia y el peso político de la propuesta, particularmente en un momento en que el FAP ha formalizado su planteamiento ante el Congreso de la Unión. No es conveniente, en un entorno de crisis de seguridad pública, con una situación económica que se complica cada vez más, que se busque imponer un proyecto.”
La izquierda, apuntó, ha demostrado con esta consulta y la propuesta que tiene un planteamiento serio de reforma energética; aunado a ello, el gobierno no debe olvidar que esa fuerza ganó las elecciones de 2006 en la mitad de los estados del país.
Es claro, añadió, que el proyecto de Felipe Calderón no cuenta con el respaldo de la mayoría de los mexicanos y, por el contrario, desde abril pasado ha ido perdiendo apoyo entre la ciudadanía. Informó que algunos sondeos reportan un rechazo de entre 66 y 71 por ciento del universo de encuestados.
Por el contrario, dijo, en la postura de la izquierda se han logrado importantes avances, pues de entrada se impidió la pretensión de legislar al vapor; se logró concretar el debate en el Senado e incluso, con el reconocimiento de connotados panistas, se logró ganar la discusión. Pese a los negros augurios, se logró realizar la consulta ciudadana exitosamente y, además, el FAP presentó una iniciativa de reforma energética elaborada y respaldada por especialistas.
En nombre del comité ciudadano organizador de la consulta, Héctor Vasconcelos hizo un apretado resumen de los resultados de las tres fases en que consistió este ejercicio:
El 27 de julio, en el Distrito Federal, participaron 826 mil 28, mientras en otros nueve estados acudieron a votar un millón 8 mil 746; en la segunda etapa, la participación en siete entidades del sureste reportó una participación de 388 mil 815, en tanto que la proyección de los resultados de la consulta en las entidades del norte del país se ubica en 400 mil participantes.
Al ser cuestionado sobre la validez de la consulta, Camacho Solís la consideró exitosa por la participación de más de 2.6 millones de personas y reprochó a quienes quieren descalificarla, reivindicando que si se le da validez a las encuestas, con mayor razón a un ejercicio en el cual participaron millones de ciudadanos.
Señaló que al mismo tiempo se desmintió a quienes esparcieron la versión de que la consulta iba a ser un “cochinero”, pues en realidad, de acuerdo con los reportes de Alianza Cívica, los problemas que enfrentó este ejercicio consulta fueron solamente algunos relacionados con la organización. Admitió que se tuvieron que superar muchos obstáculos en la organización de la consulta, pero al final se logró el objetivo de realizarla con éxito.