■ Dirigentes de la FEG suscriben con el rector un pacto de no agresión; la FEU, excluida
Temen ataques de porros en la reunión del consejo de la UdeG
■ Briseño advierte que no permitirá descentralización de funciones administrativas a otros planteles
■ Acude a “entregarse” por la demanda relacionada con venta de órganos; es improcedente: MP
Ampliar la imagen Vista de la rectoría de la Universidad de Guadalajara, cuyo titular, Carlos Briseño, se presentará amparado este viernes a la sesión del consejo universitario para impedir su destitución Foto: Arturo Campos Cedillo
Guadalajara, Jal., 28 de agosto. Rectores de centros universitarios y directivos de preparatorias alertaron hoy sobre posibles hechos de violencia en la Universidad de Guadalajara (UdeG) y exigieron que se garantice la seguridad en la sesión del Consejo General Universitario (CGU) prevista para este viernes.
En respuesta, el rector general, Carlos Briseño Torres, dijo haber logrado que miembros de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) firmaran un pacto de no agresión.
Reunidos en un hotel, 13 de los 16 rectores de la red UdeG analizaron el orden del día para la sesión del CGU.
El rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG, Marco Antonio Cortés Guardado –considerado operador político del ex rector Raúl Padilla López, con quien Carlos Briseño rompió esta semana– afirmó que en la asamblea, a la que acudirán casi 180 consejeros (90 por ciento leales a Padilla), no sólo se discutirá el presupuesto ampliado, como anunció el rector, sino también la descentralización de funciones administrativas a los centros universitarios, en particular la aprobación de obras y proyectos, servicio social, control escolar y actividades culturales.
Cortés Guardado dijo que se solicitará reforzar la seguridad para el CGU, pues “hay razones para temer agresiones de la FEG. El rector general está llamando a que nos linchen”.
Directores de varias preparatorias de la zona metropolitana de Guadalajara alertaron a maestros, personal y alumnos sobre la posibilidad de que la FEG –ahora aliada de Briseño– se apodere de las escuelas. Algunos incluso pidieron a docentes que recogieran artículos personales de sus oficinas.
En tanto, líderes de los sindicatos de maestros y de trabajadores, afines al grupo de Raúl Padilla, acordaron con sus delegados realizar paros si hay violencia.
Mientras, al menos 50 miembros de la FEG se plantaron esta mañana en la explanada del paraninfo Enrique Díaz de León para, dijeron, entregar un comunicado al rector general. Briseño Torres arribó justo cuando se iniciaba la manifestación e invitó a los participantes a pasar a su oficina para dialogar ante medios de comunicación.
Como hacía 20 años no sucedía, miembros de la FEG entraron al edificio central universitario, y tras una charla encabezada por Israel Mariscal, candidato único a dirigir la organización, y el presidente de ésta, Alejandro Buenrostro, se acordó un pacto con el gobernador.
Los estudiantes se comprometieron a no cometer actos violentos y a “conducirse por las vías institucionales” para expresar su posición sobre el conflicto entre Padilla López y Briseño Torres, y aseguraron que no están a favor de bando alguno. Asimismo, anunciaron que tratarán de hacer extensivo el pacto a la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), que aglutina a la mayoría de los alumnos de la UdeG, pero no estuvo representada en la reunión.
Tras la reunión con la FEG, Briseño ofreció una conferencia de prensa. Señaló que la descentralización que sus opositores buscarán proponer en el CGU es “una treta” para quitar a la administración central proyectos y negocios que han estado bajo el poder de Raúl Padilla durante muchos años, y advirtió que no lo permitirá.
Interrogado sobre el amparo provisional que solicitó para impedir su destitución, Briseño insistió en que “no tengo cola que me pisen”, pero “hombre prevenido vale por dos”.
Se le recordó que el miércoles, el médico José Luis Rodríguez Sancho lo denunció penalmente por supuestas amenazas en relación con la venta de órganos en el Hospital Civil, lo que podría ser una causa de destitución. Briseño se levantó de su asiento e invitó a los medios a que lo acompañaran a la procuraduría estatal para verificar si ésta tenía elementos en su contra.
“Si es delito hacer públicas las irregularidades en los hospitales civiles del programa de trasplantes, me doy por preso: llévenme a la cárcel si tengo alguna responsabilidad por cuidar los intereses de la universidad, el patrimonio que Raúl Padilla López quiere comprometer con el ayuntamiento de Guadalajara. Si defender de eso a la universidad es delito, llévenme a la cárcel”, dijo el rector.
A continuación, visitó la agencia 14 de la Procuraduría General de Justicia de Jalisco, donde el subprocurador C Aurelio del Toro le indicó que era innecesario acudir “a entregarse” porque la denuncia no ha sido valorada (se recibió el mediodía del miércoles) y, por tanto, no se ha iniciado una averiguación.