■ Son un bien público y social, destaca el rector de la UNAM
Educación y salud no pueden dejarse en manos del mercado: Narro Robles
Ampliar la imagen José Narro, rector de la UNAM, afirmó en Saltillo, Coahuila, que en materia de educación lo público no es sinónimo de pobre calidad ni de desperdicio, ni lo privado de eficiencia y calidad Foto: Notimex
En materia de educación, como en otros campos, lo público no es sinónimo de pobre calidad ni de desperdicio, como tampoco lo privado lo es de eficiencia y calidad, afirmó el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, al impartir la conferencia Educación y salud para el desarrollo de México, en la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).
En una gira de trabajo por esa entidad, destacó que el país requiere de un Estado fuerte, ampliar la cantidad y la calidad de la educación y asegurar los recursos humanos y presupuestales necesarios. Advirtió que la grave desigualdad del país está relacionada con la educación, que como la salud, no debe ser considerada como una mercancía, pues el mercado no resuelve la desigualdad.
Respecto a la matrícula en educación superior pública y privada, el rector de la UNAM, refirió que en 1990 había 936 mil alumnos en las escuelas públicas y 207 mil en las privadas. Las cifras respectivas, pasaron a un millón 667 mil en escuelas públicas y 835 mil en privadas para 2007.
Enfatizó que la educación debe considerarse como un bien público social y una inversión de la nación. Se requieren, propuso, mejoras sustanciales a los sistemas de evaluación y actualización de planes y programas de estudio en todos los niveles.
Frente a directores de clínicas y hospitales privados, alumnos de medicina y enfermería y el rector de la UAdeC, Mario Alberto Ochoa Rivera, Narro Robles afirmó que 33 millones de mexicanos se encuentran en situación de rezago educativo, seis millones mayores de 15 años son analfabetas, y de ellos más de 45 por ciento se encuentran en Veracruz, estado de México, Chiapas, Puebla y Oaxaca. Además, 10 millones no concluyeron la primaria y 17 millones dejaron inconclusa la secundaria.