■ La cancillería rusa lamenta la decisión georgiana y cierra su misión en Tbilisi
Georgia atiende recomendación de su Congreso y rompe relaciones con Rusia
■ Sigue el Consejo de Seguridad sin poder consensuar resolución sobre la crisis en el Cáucaso
■ En la ONU, el embajador Vitali Churkin recuerda a Occidente que no actuó igual en Kosovo
Ampliar la imagen La osetia Yekaterina Doguzova, de 70 años, a la izquierda, y su nuera Zemfira Doguzova, llegan a la tumba provisional del hijo y marido, respectivamente, de las mujeres. Lenya Doguzov tuvo que ser sepultado entre árboles frutales cerca de su casa en Ksuisi, a 20 kilómetros de Tsjinvali, cerca de la frontera de Osetia del Sur con Georgia. El conflicto entre Rusia y Georgia ha causado el peor enfrentamiento entre Moscú y Occidente desde la guerra fría, pero también ha convertido en enemigos a personas de dos grupos étnicos distintos que durante siglos convivieron y compartieron el territorio Foto: Ap
Ampliar la imagen El premier Putin durante entrevista con la televisión alemana Foto: Ap
Moscú, 29 de agosto. Tres días después de que el Kremlin reconoció la independencia de las repúblicas separatistas de Osetia del Sur y Abjazia, Georgia decidió este viernes romper relaciones diplomáticas con Rusia.
De este modo, el gobierno de Mijail Saakashvili siguió la recomendación del Parlamento georgiano, que ayer declaró a Osetia del Sur y Abjazia “territorios de Georgia ocupados por Rusia”.
La cancillería rusa, tras lamentar la decisión georgiana, procederá a cerrar su embajada en Tbilisi. A partir de ahora los intereses de Rusia y Georgia serán representados por terceros países, lo cual en el ámbito de lo práctico afecta sobre todo al más de millón de georgianos que residen en territorio ruso.
Los medios de comunicación locales difundieron ampliamente, hasta hoy por la diferencia de horas con Nueva York, detalles de la acalorada discusión que marcó la sexta reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que anoche de nuevo terminó sin la posibilidad de consensuar una resolución sobre la crisis en el Cáucaso.
Rusia no pudo conseguir que se permitiera hablar a representantes de Osetia del Sur y Abjazia y volvió a escuchar muy fuertes críticas en su contra, empezando por el embajador de Georgia ante la ONU, Irakli Alasania, que calificó de “criminal” la participación de Rusia en este conflicto y señaló que la “invasión rusa en Georgia es un acto de autodestrucción”.
Acusación y respuesta
El representante estadunidense, Alejandro Wolff, también arremetió contra Rusia al acusarla de violar la Carta de Naciones Unidas y considerar “una farsa” el argumento de que su intervención militar pretendía proteger a los rusos en Osetia del Sur.
En su turno, el embajador de Rusia, Vitali Churkin, improvisó una dura respuesta, cargada de sarcasmo. “Me gustaría preguntar al honorable representante de Estados Unidos si ya encontraron las armas de destrucción masiva en Irak o todavía las siguen buscando”, lanzó el diplomático ruso, y agregó: “¿acaso no es en Washington donde se escuchan las amenazas de usar la fuerza en relación con otro miembro de la ONU (en alusión a Irán), y hasta de borrarlo del mapa?”
Churkin preguntó a sus colegas que dónde estaban cuando, hace unos meses, el Consejo de Seguridad debatía el Plan Ahtisaari para Kosovo y les recordó que la resolución 1244 del Consejo de Seguridad prohíbe explícitamente a Kosovo proclamar la independencia de modo unilateral y, a los demás países, reconocerla.
“¿Por qué no salieron entonces en defensa del principio de la integridad territorial (de Serbia), así es como dicen, estimados colegas, respetar el derecho internacional?”, inquirió Churkin, y les formuló una última pregunta, que también quedó sin respuesta.
“¿Por qué ninguno de ustedes apoyó la iniciativa de Rusia de declarar un alto el fuego en las primeras horas del ataque de Georgia contra Osetia del Sur, ni tampoco, unos días antes de que estallara la guerra, su propuesta de adoptar una declaración sobre el compromiso de no usar la fuerza en ese conflicto?”
Las acusaciones recíprocas tienen como trasfondo la intención de Estados Unidos de lograr amplio consenso para aplicar sanciones contra Rusia.
Y aunque los siete países más industrializados del mundo –Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón– emitieron una declaración conjunta que condena el reconocimiento de Rusia a las repúblicas separatistas como una violación de la integridad territorial de Georgia, la Unión Europa sigue dividida respecto a si es conveniente o no sancionar a Moscú.
Todo parece indicar, de ser ciertas las más recientes filtraciones atribuidas a fuentes del Elíseo, que Francia, en su calidad de presidente en turno de la Unión Europea, y a diferencia de lo que sugirió ayer su propio canciller, Bernard Kouchner, considera que no ha llegado el momento de aplicar sanciones a Rusia.
La cumbre extraordinaria de la Unión Europea, convocada para el próximo lunes en Bruselas, tiene como propósito dejar en claro que no habrá relaciones normales con Rusia si no cumple en su totalidad el plan de paz de seis puntos firmado por el presidente Dimitri Medvediev.
Pero, por ahora, “seguimos en una fase de diálogo con Moscú, no en una fase de sanciones. Lo más importante es mostrar unidad ante Rusia”, anotó desde París una fuente anónima cercana a la presidencia francesa, que fue citada por agencias.