■ Algunas canciones sirven para acompañar a los solitarios, dice el cantautor español
Manolo García: la lluvia lavará los desastres que acumula la vida
■ Cuando hago un disco me involucro en todo el proceso, hasta en la fotografía, expresa el ex integrante de El Último de la Fila
■ “Los discos de vinil eran mejores en sonido”, afirma
Ampliar la imagen Saldremos a la lluvia, cuarta producción discográfica de Manolo García, tuvo un gran éxito tanto comercial como en Internet
“Hay canciones que acompañan a los solitarios, a quienes pasan trances difíciles y no encuentran la salida. Tal es el caso de No estés triste, de mi nuevo disco Saldremos a la lluvia, otra composición con sentido de esperanza”, expresó en entrevista telefónica desde Barcelona, Manolo García, quien da conocer su nueva obra, cuarta como solista, luego de más de tres años de aridez discográfica, desde que lanzó al mercado Para que no se duerman mis sentidos.
El impacto inicial de Saldremos a la lluvia –en mayo pasado– fue de éxito comercial, tanto en tiendas como en el espacio digital. “Y si llueve, saldremos a la lluvia a lavar las vidas que van acumulando mugre de palo de gallinero. Tanta mentira, tanto fingir, tanto desastre” son las primeras palabras que emite la garganta de Manolo García. Se trata de temas terrenales con intensa carga poética sobre la naturaleza, las relaciones humanas, el mundo que habitamos y los sueños sencillos. Todo, procesado en 13 canciones.
Producto global
Grabado entre febrero de 2007 y abril de 2008 en la isla griega de Creta y en Avinyonet de Puigventós, Girona; mezclado por Neil Dorfsman (Rolling Stones, Eric Clapton, Mark Knopfler, Oasis) en Kentucky, Estados Unidos y por Óscar Clavel (dos canciones) en Madrid, así como masterizado por Ted Jensen (Rolling Stones, The B-52’s, Norah Jones, Talking Heads, Madonna...) en Nueva York, Saldremos a la lluvia es disco de la aldea global.
Manolo tiene experiencia en el medio desde hace unos 30 años, en grupos como Los Rápidos y Los Burros, así como El Último de la Fila. La gira que realiza actualmente por España ha colgado varias veces la cartulina con la leyenda “localidades agotadas”. Las presentaciones durarán hasta octubre, dijo.
Ha reunido a nuevos seguidores. “El territorio en que me nuevo ya, después de trabajar con El Ultimo de la Fila y El Lobo Solitario, me ha proporcionado, digamos, un matrimonio de canciones, sentido y actitud musical; eso me ha dado un público muy mezclado de generaciones: gente muy joven y de mi edad.
“Entonces entiendo que desde hace muchos años acuden al llamado de las canciones, los textos y la idea musical… Quiero pensar que es eso lo que hace que a los conciertos acudan igual padres que hijos.”
Es conocida su afición a la pintura. “En eso no soy más que un aficionado; no soy un profesional. He hecho exposiciones; tengo mi técnica, pero es en la música donde realmente trabajo duro. Tampoco estoy interesado sólo en ella, sino en mezclar diferentes artes. De un disco hago el videoclip, la portada, las fotos. Me gusta que sea un arte mío.”
–¿A qué ayuda la música, hoy, a la gente, concretamente la suya?
—El asunto es que ha de importar más la música que el negocio musical. Éste es ahora una cuestión muy compleja. Las disqueras casi peligran en su protagonismo y está la difusión por Internet. Por lo demás, puedo compartir ilusiones y una cantidad de cuestiones importantes en la vida, como el amor, el desamor, la curiosidad. La música es cada día un alimento para el alma.
“Cada vez estoy menos pendiente de las listas de éxitos. Estoy interesado en la obra. El rock y el pop no son una música de antes ni un arte menor.
“Son una música grande porque tienen una gran capacidad de emocionar, transmitir, traer recuerdos y de hacer llorar y reír. Eso me emociona en cada nuevo disco, para dejar un poco mi apreciación del mundo, sobre lo que me rodea.”
–¿Algún día habrá nostalgia por el disco, como lo conocemos actualmente?
–Estamos a merced de los intereses económicos de la gran industria del ocio y de las multinacionales, y ellas deciden cómo en cualquier tipo de tecnología, con los celulares, por ejemplo. Eso ha hecho que perdamos calidad. Es indudable que los discos de vinilo y analógicos eran muchísimo mejores en calidad de sonido, y ahora con lo digital se pierde eso. Cada quien guardará sus materiales. Con el vinilo, el artista se comunicaba de manera muy cercana,
–¿Siente usted presión en cada nuevo disco por hacer un nuevo éxito?
–Al acabar un disco o una gira me tomo un tiempo de paz, que puede ser largo. Me alejo del mundo musical; voy a conciertos como espectador, pero abandono mi condición de músico. Tengo la suerte de que nunca pretendí ser famoso o hacer una fortuna. Crecí soñando con bandas, el rock y la libertad. Hago un disco y no tengo idea de lo que va a pasar. Procuro que sean dignos y eso me hace feliz.
“Puedo asegurar que mientras hago un disco no tengo ningún tipo de presión. Eso se reflejaría.”
Manolo García se presentó en abril de 2007 en el Lunario. No tiene planes para presentarse en breve.