■ Calcula entre 3 mil y 4 mil millones de dólares los daños causados por el fenómeno
“Golpe nuclear”, el impacto del huracán Gustav en Cuba, afirma Fidel Castro
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Cubanos reconstruyen una casa destruida por el huracán Gustav, ayer en el poblado de Nueva Gerona de la Isla de la Juventud
Foto: Reuters
La Habana, 3 de septiembre. Fidel Castro estimó entre 3 mil y 4 mil millones de dólares el impacto económico del huracán Gustav en Cuba, pero dijo que el país tendrá que recuperarse con su propio esfuerzo.
“Cien millones de dólares significan sólo nueve dólares por habitante y necesitamos mucho más”, señaló el ex presidente cubano en un artículo difundido este miércoles. “Necesitamos 30 veces, 40 veces esa cifra sólo para paliar nuestras necesidades más elementales. Tal esfuerzo debe salir del trabajo del pueblo. Nadie lo puede hacer por nosotros”.
Más adelante insistió en que no habrá participación extranjera en la reconstrucción: “Sólo de nuestro trabajo, reitero, podrán salir los recursos”.
Aunque Castro se refiere a la reconstrucción, aún no queda claro si Cuba aceptará ayuda humanitaria ofrecida por algunos países para enfrentar la emergencia. El gobierno mexicano transmitió hoy su oferta de apoyo, al iniciarse aquí la Cuarta Sesión de la Comisión Mixta para el Desarrollo.
El ofrecimiento fue hecho por Luz María de la Mora, jefa de la Unidad de Relaciones Económicas y Cooperación de la cancillería mexicana, a la contraparte cubana, que encabeza el viceministro de Inversión Extranjera y Cooperación Económica, Orlando Requeijo.
El embajador mexicano Gabriel Jiménez Remus recordó a la prensa que médicos cubanos ayudaron el año pasado a enfrentar la crisis sanitaria provocada por inundaciones en el estado de Tabasco. Ahora “es una correspondencia de lealtad y de obligación acudir a ayudar a Cuba”, añadió.
Venezuela y Rusia también han anunciado su disposición a auxiliar a los cubanos.
En su artículo, Castro comparó el impacto del fenómeno con “un golpe nuclear”.
Según los reportes conocidos hasta ahora, la Isla de la Juventud, territorio insular al sur de La Habana, quedó aniquilada. De 25 mil viviendas, 20 mil resultaron dañadas y la mitad de ellas están totalmente destruidas. Está devastada su infraestructura eléctrica y paralizada su planta productiva.
“El dinero no tiene ningún valor, no hay qué comprar ni dónde comprar nada”, escribió en una carta el pintor Alexis Leyva Kcho, diputado por la Isla de la Juventud, en carta dirigida a Castro. “El territorio es un teatro de operaciones militares en una tregua, con la gente todavía alegre porque salvaron sus vidas, que no piensa todavía mucho en la pérdida de sus pertenencias y trata de salvar lo que les quedó, viendo cómo se ajustan a esa nueva condición, pero con el transcurso de los días la moral de la gente puede decaer y llegar a la depresión”.
“Las condiciones del hospital son infrahumanas y sólo la voluntad y la convicción de hombres y mujeres revolucionarios hacen que funcione”, agregó Leyva.
En la Isla de la Juventud aún se intenta restablecer el servicio eléctrico. En Pinar del Río, 60 por ciento de sus habitantes todavía no lo tiene. El resto de esa provincia se surte del fluido con grupos electrógenos, las baterías de plantas portátiles que funcionan con diesel y fuel oil, que están dislocadas en todo el territorio nacional.
Ricardo González, directivo de la Unión Eléctrica, dijo que el trabajo más difícil en Pinar del Río será la reposición de los circuitos de 220 mil voltios, por la cantidad de torres destruidas y que la labor consumirá meses.