■ Es uno de los dibujantes más detestados por los políticos, señaló su colega El Fisgón
El caricaturista José Hernández recupera mediante un libro su faceta de cinéfilo
■ Pantalla de cartón reúne retratos de personajes del séptimo arte nacional e internacional
Ampliar la imagen Antonio Helguera, José Hernández, Armando Casas y Rafael Barajas, El Fisgón durante la presentación –en el Museo del Estanquillo– del libro Pantalla de cartón, de Hernández, publicado por el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, como parte de los festejos por los 45 años de la institución Foto: José Antonio López
Tres moneros, un director y un crítico de cine se reunieron la noche del jueves en el Museo del Estanquillo para hablar de una cosa: el nuevo libro de José Hernández titulado Pantalla de cartón, o sea, los retratos realizados por el caricaturista de los grandes del cine nacional e internacional.
Antonio Helguera, Rafael Barajas, El Fisgón, Hernández (integrantes de la tribu monera de La Jornada), el director Armando Casas (quien también es el titular del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, CUEC) y el crítico de cine José Felipe Coria, dieron al traste con las presentaciones serias y se dedicaron a contar leyendas e indiscreciones de quien lleva el nombre de José Jorge García Hernández dedicado, entre otros, a la caricatura política.
Coria se manifestó sorprendido de que el libro no se haya publicado antes (baste recordar la maldición que pesó sobre este proyecto durante varios años publicado el pasado 21 de agosto en estas páginas) y recordó esa vieja leyenda de cuando Hernández era alumno del CUEC y dibujaba story-boards, “que muchas veces eran mejores que las películas”.
En este volumen, señaló Coria, figuran todos los estilos cinematográficos y de la caricatura del siglo XX, y hace un homenaje a caricaturistas como Covarrubias (a lo que más tarde Hernández replicó: “no son homenajes, son fusiles”).
Primera secuencia
Hernández es el estudiante de cine que se volvió cartonista político y este libro significa recuperar al cinéfilo que siempre estuvo en él, añadió Coria, profesor del CUEC, institución encargada de la publicación.
El Fisgón, en tanto, no dudó en calificar a su compañero de fórmula como uno de los caricaturistas más talentosos, uno de los dibujantes más detestados por los políticos (nada más por dar un ejemplo, “las pataletas de Castañeda y Santiago Creel ante los directivos de Milenio”), con memoria fotográfica, pero con una doble vida: una dominada por su amor por el dibujo y la otra su amor por el cine; en la primera se llama José Hernández y en la otra Jorge García.
Helguera no quiso hablar del libro de Hernández y mejor habló de su propio libro que, advirtió, será un bestseller: El código Di Hernandini, basado en el personaje de Giusseppe Di Hernandini, uno de los grandes artistas que vivió en la Edad Media, o sea, “el México del siglo XXI” y, entre otros, llevó el registro de la Bacinica de San Pedro, mejor dicho “el mierdero del Vaticano”.
“Todo lo que se ha dicho en esta mesa es mentira”, afirmó Hernández, mejor conocido en el medioevo como Di Hernandini, e hizo públicas las erratas cometidas en la edición de Pantalla de cartón: En la página 71 no son El gordo y El flaco, son Guillermo Ortiz y Agustín Casterns; el de la página 35 no es Juan Orol, sino Manlio Fabio Beltrones, mientras en la 49 no son ni Sara García ni Prudencia Griffel, sino Fidel Velázquez y La Güera Rodríguez Alcaine, y en la 53 se trata de Margarita Zavala y no de Vitola.
Pantalla de cartón, amenazó Hernández, es la primera secuencia de una película más grande y su publicación –como parte de los 45 años del CUEC– funcionó “como un pequeño exorcismo para anular la maldición de este libro”.