■ Fernando Montiel Klint presenta la muestra Nirvana en un museo del Centro Histórico
Propone fotógrafo hallar un estado de paz interior en medio del caos urbano
■ Mediante siete fotografías de gran formato refleja un mundo absurdo donde todo se vende
Ampliar la imagen Sue Ellen Mason figura entre las fotografías que Fernando Montiel Klint muestra en el espacio museístico de la calle Guatemala número 34
En la muestra fotográfica Nirvana, Fernando Montiel Klint captura instantes arrebatados de escenas incoherentes que proponen hallar un estado de paz interior, en referencia al concepto oriental, en medio del caos citadino, donde todo tiene valor monetario y simbolismo publicitario.
Un retrato de Kurt Cobain, líder de la banda estadunidense de rock Nirvana, precisamente, vistiendo una camiseta con el rostro de Jesucristo, en contraste de dos iconos para la cultura de masas, uno religioso y el otro del mundo del rock, recibe al espectador en la exhibición integrada por siete fotografías en color de gran formato, de 1.20 por 1.50 metros.
“Tiene que ver con este término espiritual de un estado de ser elemental, en el que estás completamente en paz. Y es por medio de las imágenes, haciendo historias absurdas dentro de la ciudad, que voy colocando en el espacio cómo represento la búsqueda de ese estado de nirvana”, explica el joven fotógrafo mexicano.
Término espiritual relegado
En Nirvana convive la contradicción, “hay muchos elementos, pero a la vez son imágenes muy silenciosas” que encierran ese estado de liberación en la ciudad, todas son nocturnas, en espacios cerrados, como representación del ámbito íntimo y personal.
El mismo nombre de la muestra encierra una contradicción: “uno busca en la Internet y lo primero que aparece es el grupo, el término espiritual ha quedado en otro plano, es la incoherencia”, expone Montiel, quien realizó la serie en 2007.
La imagen comercial y kitsch ha sustituido al nirvana como verdad absoluta que extingue el deseo y el sufrimiento, en un mundo absurdo donde todo se vende, hasta el arte.
Montiel Klint propone esta búsqueda con imágenes barrocas de seres solitarios en departamentos urbanos.
Una mujer suspendida en el vacío mirando el retrato de un cerdo, un hombre levitando en medio de la sala y un artista sobre la mesa de su estudio disfrazado de conejo, son algunos de los personajes que habitan las escenificaciones absurdas y mordaces, donde no escasean referencias a artículos comerciales con lecturas visuales.
Al respecto, la fotografía Artista en su estudio, comenta Montiel Klint –quien forma parte de Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes–, hace referencia a una pintura del artista francés Gustave Courbet, fundador del realismo, en el que retomaba personajes de la vida cotidiana.
El taller del pintor, reinterpretado fotograficamente, mantiene como figura central al artista, quien se encuentra en posición ridícula, a punto de dar el salto.
Montiel Klint ha expuesto en ciudades como Madrid, Murcia, Berlín, Londres, Bogotá, Montreal y Guandang, en China. En México ha participado en múltiples exposiciones en varios lugares de la República, incluyendo la Fototeca de Pachuca y el Centro Nacional de las Artes en la ciudad de México, donde adquirió parte de su formación al lado de reconocidos fotógrafos como David Miller, Michael Ackerman, Gerardo Suter y Pablo Ortiz Monasterio.
“Nuestro mundo posmoderno percibido a través de los medios de comunicación es una realidad construida, vendido como producto y sueños aspiracionales”, se advierte al espectador en el Museo Archivo de la Fotografía (Guatemala 34, Centro Histórico), donde se podrá visitar Nirvana hasta el 30 de noviembre.