■ “Todos los días enfrentamos a quienes inhumanamente siembran el miedo en la sociedad”
Los narcos, nuevos traidores a la patria, dice una cadete en homenaje a los Niños Héroes
■ En un recuento de las invasiones al país, recuerda que “siempre sale a flote el orgullo para levantarnos”
Ampliar la imagen El presidente Felipe Calderón, acompañado por los titulares de la Defensa, Guillermo Galván, y de la Marina, Francisco Saynez, en la ceremonia en honor a los Niños Héroes Foto: María Luisa Severiano
Horas después del hallazgo de 24 cadáveres de hombres ejecutados y con signos de tortura, correspondió a la cadete Ingrid Berenice Martínez Munguía calificar a los narcotraficantes de “nuevos traidores a la patria”, quienes “inhumanamente siembran el miedo en la sociedad”.
Frente al presidente Felipe Calderón y su gabinete, así como representantes de los poderes Legislativo y Judicial, y embajadores invitados a la ceremonia conmemorativa del 161 aniversario de la gesta histórica de los Niños Héroes de Chapultepec, la joven cadete, única oradora, lanzó recriminaciones a los delincuentes, cuyas actividades “perversas, alevosas, sanguinarias y cobardes” provocan acciones fratricidas en un camino errado, sin retorno, dijo.
El protocolo de la ceremonia protagonizada por integrantes del Heroico Colegio Militar no incluye discursos de funcionarios ni del presidente Calderón, en su calidad de comandante supremo de las fuerzas armadas, de ahí que el lugar primordial corresponde a los jóvenes que empiezan su carrera militar y, por primera vez, emitió el mensaje una mujer cadete.
Acerca de la acción heroica de 1847, cuando seis jóvenes alumnos del Colegio Militar dieron su vida en defensa de la patria ante el ataque de los invasores estadunidenses, la cadete Martínez Munguía destacó la necesidad de combatir a quienes envenenan a los niños y jóvenes mexicanos, cobijados en el patrocinio de la violencia y la criminalidad.
“¿Qué saben de lutos y sufrimientos, si son insensibles ante su propia sombra; qué cara tienen cuando llegan a sus casas; de dónde sacan sentimientos para querer a los suyos; cómo se justifican ante sí mismos?”, exclamó.
La ceremonia empezó minutos después de las 9 de la mañana; en el podio –colocado frente al Monumento a los Niños Héroes, en Chapultepec– los integrantes del gabinete esperaban a Calderón, quien temprano encabezó una sesión del Consejo de Seguridad Nacional, convocada de última hora para definir estrategias ante una jornada especialmente violenta (la víspera) en el país, con decenas de homicidios y el hallazgo, en el estado de México, de 24 ejecutados.
El Ejecutivo federal fue flanqueado por los titulares de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina; los lugares aledaños fueron ocupados por los presidentes de las cámaras de Diputados y de Senadores, César Duarte y Gustavo Madero, respectivamente, así como por el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia.
Tras la rendición de honores plenos, distinguidos por 21 salvas de cañón para el Ejecutivo federal, salvas de fusileros para los caídos, entrega de espadines a quienes inician la carrera de las armas y la declamación de poemas patrióticos, la cadete dijo que México ha debido enfrentar retos muy altos y grandes desafíos, “incluyendo al capricho ideológico, la violencia sobre la razón, conspiración e insidia”.
Hizo un breve recuento histórico de las invasiones, pérdida de territorio, asonadas, golpe de Estado, “traiciones reiteradas y el baño de sangre entre hermanos”. Expresó que siempre ha salido a flote el coraje y orgullo para levantar al pueblo de su postración bajo el faro que orienta hacia el progreso y armonía de nuestro nacionalismo.
Dijo que todos deberíamos estar empeñados en combatir a quienes manchan sin escrúpulos la tierra que nos vio nacer.
“Enfrentamos todos los días a los nuevos traidores a la patria, que inhumanamente siembran el miedo en la sociedad, acotan las libertades de nuestros compatriotas y pretenden que prevalezca el pánico, segando con saña la vida de nuestros propios paisanos”, manifestó.
Ellos tampoco miden el alcance de sus prácticas por los señuelos del dinero fácil; estos individuos –agregó la cadete Martínez Munguía– desean mantener privilegios y poderes fundados en el patrocinio de la violencia y la criminalidad; también pretenden sembrar dudas, discordia y desconfianza sobre la determinación con que se enfrenta la felonía de sus actos.
Ayer –añadió– murieron mexicanos ante huestes extranjeras por defender lo nuestro, ahora manos y mentes criminales arrebatan vidas y patrimonio a sus hermanos de suelo, cielo y religión.
“Para ellos, identidad nacional, cohesión social o símbolos patrios son sólo vocablos que no tienen significado alguno; son inconscientes de lo que ha representado contruir lo que nos identifica.”
Los que se oponen a que México se transforme en un Estado sin impunidad ni corrupción, donde el derecho, la justicia y la seguridad consoliden el entramado del quehacer nacional, no tienen sitio en esta nación incluyente, democrática y respetuosa de ideas y esfuerzos. De ahí que –subrayó– habrá que perseverar en esta lucha que pone en riesgo la seguridad y la tranquilidad de los hogares de todos los mexicanos y coadyuvar al extirpamiento de las células cancerosas que amenazan el tejido social.
Convocó a unirse al llamado de rechazar todo tipo de delincuencia, y aseguró que la juventud castrense aplaude la respuesta de los poderes de la Unión, gobierno y sociedad civil en la firma del acuerdo de seguridad “que lidera el señor Presidente de la República para combatir el crimen en todas sus expresiones”.
El discurso fue precedido por la ofrenda floral y guardia de honor, encabezada por Calderón, en memoria de los Niños Héroes.
Al término de la ceremonia, integrantes del gabinete de seguridad se mostraron satisfechos por el mensaje y emitieron declaraciones a la prensa para volver a decir que “el Estado es más fuerte que cualquier grupo delictivo”.