Desde Otras Ciudades
La Habana en ruinas
Ampliar la imagen Edificios en el centro histórico de La Habana Foto: Gerardo Arreola
La Habana. La temporada ciclónica en el Caribe (julio-noviembre) levanta temores en esta ciudad, no sólo por el posible impacto directo de los vientos y las inundaciones. También porque el exceso de humedad reblandece los muros y provoca derrumbes.
Cuatro de cada 10 habitantes de la capital cubana viven en edificios que se consideran en situación regular o mala. Hay partes, como en el centro histórico, donde no es difícil encontrar viviendas de principios del siglo pasado e incluso del siglo XIX, que muy pocas veces han sido reparadas.
Al triunfo de la revolución de 1959, el gobierno puso el acento en las necesidades acumuladas en la provincia y la capital fue quedando de lado. Ahora el rezago está a flor de piel, en las rajaduras de techos y paredes, en muros sostenidos con puntales, en tramos con varillas al aire libre, corroídos por el salitre marino.
Las víctimas de un derrumbe no quedan en el desamparo. El Estado les facilita un albergue, pero la solución definitiva se complica en exceso, por la escasez de vivienda y el enjambre de trámites en el sector. Si alguien quiere reparar su casa, además de sortear la burocracia, se encuentra con que los materiales escasean en el circuito comercial, pero se consiguen en el mercado negro.
El gobierno acaba de dar un giro a su política de construcción de vivienda para fijar metas más precisas y modestas, después de dos años seguidos en que fracasaron los planes. Aunque había recursos, hubo mala planeación y faltaron albañiles.
Gerardo Arreola, corresponsal