Se respondió a ataque en Lachivía, dice general
Oaxaca, Oax., 14 de septiembre. El general José de Jesús Humberto Rodríguez Martínez, comandante de la octava Región Militar con sede en Oaxaca, sostuvo que soldados a su cargo dispararon contra personas que laboraban en una parcela comunitaria de Santiago Lachivía, municipio de San Carlos Yautepec, “en respuesta a las agresiones de un grupo armado”, con saldo de dos muertos.
El 5 de agosto pasado, efectivos castrenses que participaban en el puesto de control móvil Barroso dispararon contra pobladores de Santiago Lachivía. Perecieron Cecilio Vásquez y Venancio Olivera, y resultó gravemente herido Aurelio Ortega.
En declaraciones a la prensa, Rodríguez Martínez dijo que los campesinos zapotecas de esa comunidad “portaban armas de fuego y agredieron a los soldados”, por lo que éstos “respondieron”.
Comentó que la presencia de tropas en Santiago Lachivía y comunidades aledañas obedece a “denuncias ciudadanas” por la presencia de “grupos armados”, pero “por razones de seguridad” no precisó si se trata de guerrilleros o si están vinculados con el crimen organizado. “Se están atendiendo las denuncias.”
Explicó que el Ejército realiza operaciones en comunidades tras analizar la información “y tener elementos de juicio suficientes (...) Es un ordenamiento, un procedimiento que estamos aplicando. Nosotros nada más obedecemos”.
Hace unos días, en el oficio número 500/2008, del pasado 3 de septiembre, el agente del Ministerio Público Militar Antonio Hernández Pérez solicitó al subprocurador general de Justicia de la entidad, Netolín Chávez Gallegos, declinar competencia y remitir a esa representación la averiguación previa 64/2008 iniciada por el agente del Ministerio Público del fuero común adscrito en San Carlos Yautepec, Adrián Jiménez Gómez, “en razón de que el personal militar, el día de los hechos, se encontraba desempeñando actos del servicio”.
Tiros por la espalda
El abogado de los familiares de las víctimas, Víctor Ignacio Ramírez, afirmó que seis soldados habrían sido arraigados por la justicia militar por su responsabilidad en el asesinato de los indígenas.
Agregó que los dos campesinos recibieron disparos en la espalda, lo cual quedó probado con la autopsia practicada por peritos en medicina forense de la procuraduría estatal.
También se comprobó en los análisis químicos que ninguno de los dos ultimados se encontraba ebrio o detonó armas de fuego.