Usted está aquí: lunes 15 de septiembre de 2008 Cultura Cristina Adame aborda el misticismo de Ghana en imágenes estenopeicas

■ La muestra, hasta el 5 de octubre en el Museo León Trotsky

Cristina Adame aborda el misticismo de Ghana en imágenes estenopeicas

Luis Reyes

Brujos y chamanes que adivinan el futuro mediante caracoles marinos, la alegría y el movimiento de los bailes tribales, el desprendimiento del alma al morir, rostros y cuerpos llenos de fortaleza y color, son algunas de las imágenes que conforman la exposición fotográfica África, de Cristina Adame Sarrea, la cual se inauguró el 11 de septiembre en el Museo León Trotsky, y que estará vigente hasta el 5 de octubre.

La muestra busca acercar al público mexicano a la cultura de Ghana, país que antes de conformarse como república, en 1960, fue ocupada por portugueses y británicos, en su afán por controlar el mercado de esclavos y el oro de la región.

A partir de la fotografía estenopeica, la artista explicó que “pinta con la luz en movimiento en el papel metálico. Es una técnica interesante, porque tienes que estar en un cuarto completamente oscuro; usar fondos negros y trabajar con velas, lámparas de mano o luz química. Cada imagen requiere tiempos de exposición diferentes. El juego del cuerpo junto al movimiento queda plasmado en un mismo negativo”.

En entrevista, la ganadora del premio Quórum 2006, foro que premia lo mejor del diseño gráfico, industrial y textil del país, y que organiza el Consejo de Diseñadores de México, relató que en su estancia en España conoció a Traore, amigo ghanés que le ayudó en la realización de las imágenes que le llevaron un mes de trabajo.

“Lo que más me gustó de Traore es que se sentía muy orgulloso de su cultura (él mismo hace sus sandalias, collares y vestimenta); lamentaba que en su país los jóvenes trataran de copiar lo occidental y se vistieran como los gringos del hip hop, con sus cadenas y gorras, lo cual le parecía denigrante.

“Me contó de los brujos de su país, que usan caracoles para predecir el futuro y se pintan un ojo de blanco para ver el pasado. Una mezcla de misticismo y magia.”

Adame abundó que para algunas fotografías Traore se vistió con una tela a la cintura llena de collares y se dibujó en el pecho flechas y puntos. “Me explicó que cuando las tribus iban a la guerra se pintaban así para intimidar al enemigo”.

Recordó que cuando realizó su estancia de arte en Albacete, España, llegó una chica española, feminista radical, que decía que nunca se casaría ni tendría hijos. “Y Traore decía: ‘pero cómo no vas a honrar a tus padres’. Para él es muy importante la familia; en su cultura hay mucho respeto hacia los adultos”.

Indicó que en la obra buscó experimentar y explorar en los retratos, “que son en color y blanco y negro, con tonalidades muy cálidas y colores cobre rojizo, que en conjunción con la ropa y el matiz de su piel adquirieron resultados muy interesantes.

“La fotografía es una de mis grandes pasiones, me encanta. El premio Quórum significó un logro muy importante para mí porque hay fotógrafos con mucho talento. A corto plazo pienso hacer dos exposiciones más, y quiero entrar a la Academia de San Carlos o estudiar en Madrid.”

Algunos lugares donde ha expuesto su trabajo han sido la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Xochimilco; la sala Ollin Yoliztli; la Universidad Iberoamericana, y el Castillo de Alcalá del Júcar, en España.

La cita para disfrutar la muestra es en la sala de exposiciones temporales del Museo León Trotsky, avenida Río Churubusco 410, colonia El Carmen, Coyoacán.

 
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