■ Presentan en La Habana libro de La Jornada
Subrayan el humanismo de Sergio Méndez Arceo
La Habana, 17 de septiembre. El humanismo del desaparecido obispo de Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo, expresado en solidaridad, ética y búsqueda de la justicia, le permitieron ir más allá de las fronteras de su país y de la religión.
Esa fue una tesis convergente en la presentación del libro Los volcanes de Cuernavaca: Sergio Méndez Arceo, Gregorio Lemercier e Iván Illich, de Lya Gutiérrez Quintanilla, editado por La Jornada Morelos.
El primer título de ese sello editorial, originalmente publicado por entregas en las páginas del diario, fue presentado aquí en la Biblioteca Nacional José Martí, como parte de las Jornadas Culturales de México en Cuba, que se desarrollan este mes.
Alicia Puente Luterot, directora de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, expuso una panorámica de la obra, basada en 29 entrevistas a mujeres religiosas y laicas, tres obispos, 15 sacerdotes y cinco laicos que conocieron a don Sergio, pero que trataron también a Lemercier y a Illich.
“La obra nos permite recuperar la memoria histórica”, dijo la académica, y recordó a personajes que también desfilan por el libro, como Martin Luther King, César Chávez, Francisco Juliao, líderes civiles de los afroamericanos, de los migrantes en Estados Unidos y de los campesinos brasileños, respectivamente.
En la obra también hay referencias a Fidel Castro, Ernesto Cardenal, Eduardo Galeano y Adolfo Pérez Esquivel, entre otros, como parte del amplísimo abanico de interlocuciones que mantuvo el obispo de Cuernavaca.
“El libro nos abre el mundo geográfico”, sostuvo Puente Luterot, pero precisó que la obra es sobre todo una herramienta, una mediación entre el público en general y la persona de don Sergio: “Nos ofrece pistas para continuar un camino que iniciamos hace muchos años, para construir un mundo mejor, diferente, incluyente”.
José Luis Calvillo, sacerdote ordenado por Méndez Arceo, señaló que el obispo era una voz discordante en la jerarquía católica de México y América Latina. “Pero, ¿qué no los profetas que buscan un mundo mejor siempre van a contracorriente?”, se preguntó. Por eso, consideró, don Sergio y Fidel Castro, sin ser almas gemelas, actúan inspirados por un mismo espíritu.
En ese punto citó aquella frase que causó tanto revuelo dentro y fuera de la Iglesia. Méndez Arceo dijo alguna vez a Fidel: “Usted es un inspirado por Dios”. Castro respondió: “No lo creo, pero me gusta”.
Jaime Luis Brito, subdirector de La Jornada Morelos, recordó que a don Sergio lo unieron siempre muchísimos lazos con Cuba y acompañó el proceso de diálogo entre la Iglesia y la Revolución. Aunque no se consideraba comunista, tampoco se sentía lejos de lo que la Revolución proponía.
Con información de La Jornada Morelos