Usted está aquí: jueves 18 de septiembre de 2008 Cultura Documenta investigadora el origen del temazcal como simbolismo prehispánico

■ Vincenza Lillo Macina presenta su libro en la feria editorial de Antropología

Documenta investigadora el origen del temazcal como simbolismo prehispánico

■ Luego de tres siglos de transculturación religiosa su significado se diluyó, indica en entrevista

Alondra Flores

El baño de temazcal todavía es usado con propósitos medicinales entre comunidades indígenas y campesinas en México, sin embargo, en su origen se revela un simbolismo prehispánico.

Al respecto, la investigadora italiana Vincenza Lillo Macina propone un estudio etnográfico y bibliográfico sobre esta herencia indígena en el libro El temazcalli mexicano, publicado por Plaza y Valdés.

El volumen, que se presentará hoy en el contexto de la Feria del Libro de Antropología, presta importancia a la medicina tradicional como una manifestación cultural que resguarda un conocimiento ancestral indígena, y documenta con rigurosidad académica lo que fray Bernardino de Sahagún definió a partir de la palabra náhuatl temazcalli, como un “pequeño edificio en que se bañaban con vapor con fines rituales, higiénicos y medicinales”, pero sin abandonar el trasfondo simbólico, y la forma en que el pasado resurge en el presente.

Este baño de vapor empleado por los habitantes originarios de Mesoamérica ha sobrevivido a la violencia evangelizadora y en algunas regiones del país aún se practica, pero ha sufrido un proceso de transformación.

Lillo Macina indaga su origen en vestigios documentales prehispánicos, para después realizar una investigación de campo en comunidades nahuas del centro de México y la región mixteca de Oaxaca.

Según expone en entrevista, en un principio su objetivo fue analizar el proceso de sincretismo religioso de una tradición antigua de medicina tradicional que sigue vigente, sin embargo, el simbolismo espiritual que involucra apareció como elemento esencial para el análisis. La caverna es un punto de conexión entre los dioses y el hombre que remite al origen, el renacer que implica una purificación que va más allá de un uso higiénico y terapéutico.

Halo de misticismo

Sin embargo, después de tres siglos de transculturación religiosa este simbolismo se diluyó, quedando como un conocimiento intuido de la memoria colectiva. En comunidades rurales los curanderos y los ancianos eficazmente liberan de la enfermedad y dan reposo a las mujeres después del alumbramiento con el uso hierbas, pero el halo de misticismo persiste.

Una mutación importante es el carácter público y colectivo que el temazcal tenía en la época prehispánica, ya que en varios conjuntos arqueológicos se encuentran vestigios de grandes salones que eran utilizados para este fin como parte de un ceremonial. Por ejemplo, en Palenque, Chiapas, se encuentra asociado al juego de pelota, como un ritual de purificación de los guerreros.

Durante la conquista y la persecución religiosa, conjetura Lillo, se volvió una tradición más privada que se mantenía en la casa familiar, donde el conocimiento espiritual disminuyó dándole mayor importancia a los beneficios medicinales.

 
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