■ México, especialmente sensible a consecuencias del fenómeno, dijo funcionario del instituto

No hay datos duros sobre efectos del cambio climático, afirma el INEGI

■ Se requieren registros de hasta 100 años, más que la observación de un instante, para crear un modelo sobre las alteraciones del medio ambiente, explicó Mario Alberto Reyes Ibarra

Arturo Cruz Bárcenas

Ante el cambio climático global ningún país está aislado ni puede enfrentar solo sus efectos, por tanto, lo primero que México debe hacer es obtener la mayor información posible, organizarla y hacer un análisis con fines preventivos, “pues nuestra nación es particularmente sensible a los desastres naturales, sobre todo de tipo hidrometeorológico. Éste es un tema fundamental de la Reunión Nacional de Geografía 2008, que se realizará en Durango, del 24 al 26 de septiembre”, expresó en entrevista el director general de Geografía del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), Mario Alberto Reyes Ibarra.

En el estudio de una inundación o en el desgajamiento de un cerro confluyen muchas áreas de conocimiento. “La visión debe ser de prevención y, a partir de eso, construir la información que permita evitar daños a la población. Estudiar el cambio climático no es sólo responsabilidad de un país, una región o un continente, sino que se requiere la voluntad de todas las naciones. De ahí surge el Protocolo de Kyoto, mediante el cual se establece el compromiso del cuidado del medio ambiente.”

“No se trata solamente de observar, sino de medir y registrar series históricas muy largas para saber si efectivamente hay un cambio climático y de qué magnitud, porque los cambios pueden ser estacionales, condicionados por circunstancias climáticas o ambientales que determinan un comportamiento de los fenómenos. Las series históricas requieren muchos años, como la medición de temperaturas, de precipitaciones o de nivel medio del mar.

“En México tenemos estaciones mareográficas manejadas por la Universidad Nacional Autónoma de México o la Secretaría de Marina; en algunos casos son casi 100 años de registro. Hay que armonizar toda esta información, lo cual es bastante complejo. El efecto del fenómeno puede ser más pequeño que el error con el cual se está midiendo. La tecnología de hace 80 años para medir las variaciones en el nivel medio del mar no era tan refinada como la de ahora.

“Son estudios complejos que requieren acuerdos de diferentes niveles. En lo nacional tenemos que trabajar juntas las diferentes instituciones que realizamos mediciones de ese tipo. Cito como un caso muy notable el trabajo que hace el Servicio Meteorológico Nacional, que registra datos de presión atmosférica , de régimen de lluvias, etcétera; pero todo eso lo tenemos que poner sobre una base, que vuelve a ser la información geográfica.

“Tenemos que seguir midiendo cómo va avanzando el uso del suelo, es decir, cómo se comporta culturalmente, cómo pasa de ser una vegetación primaria a secundaria o a un área deforestada. Todo por el efecto de más de 100 millones de habitantes. Hay una combinación de todo, y las leyes se van tratando de adaptar. El intensivo uso de los recursos forestales, hace muchos años, sin sustitución, afectó la naturaleza. Y lo mismo afectó la ganadería intensiva.”

Añadió que por lo anterior es importante que la información generada en las reuniones de geografía lleguen a quienes toman decisiones en políticas de desarrollo. “Lamentablemente, no hay cambios duros sobre los efectos del cambio climático. Necesitamos crear las condiciones para que la información se estructure para enfrentar el fenómeno conjuntamente. En previsión de esto, en la nueva Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica se crea un subsistema, que se llama de Información Geográfica y de Medio Ambiente.

“El INEGI está lanzando esta convocatoria para que quien tenga algo que ver con el medio ambiente colabore para crear acuerdos y construir el sistema. Esto es un reto, y ya o tenemos tiempo de dejarlo para el futuro. Pensamos construir la arquitectura del componente del medio ambiente. Ese es un paso inmediato en donde empezaremos a crear vínculos. Con Estados Unidos y Canadá hemos estado trabajando en la parte de la biomasa, desde Alaska, y hay que seguir con Centroamérica y Sudamérica.”

Desarrollo social y clima

Aún no se sabe cuál es el impacto del cambio climático.

–¿Hay un sentido alarmista en la información periodística sobre el cambio climático?

–A escala internacional, la observación nos indica que están pasando cosas. Son indicativos claros, pero para establecer un modelo científico se requiere mucho más que la observación de un instante. Hay que recurrir a las series históricas.

La reunión también abordará el tema Geografía, país y desarrollo. “Seguimos insistiendo en que el desarrollo del país es un elemento determinante. Las diferentes fuentes generadoras de datos han reforzado las alianzas interinstitucionales. En eso seguiremos.”

Otro tópico es la Ciudanización de la información. “No queremos quedarnos en el nivel de tomadores de grandes decisiones. Quizá una decisión más cotidiana, como ‘me quiero cambiar de ciudad para vivir en otras condiciones’, el ciudadano podría percibirla como elemento de riqueza. Esto tiene que ver con la cibercartografía, o sea, cómo podemos hacer que lo que hacen las universidades puedan transformarse en el activo desarrollo del país.”

El 22 y 23 de septiembre, en la reunión se realizarán talleres. “Están inscritas ya 500 personas a los talleres”, añadió Reyes Ibarra. Para mayores informes consultar www.inegi.org.mx