■ Exhibiciones, concursos y estands de servicios y productos concluyen hoy en el WTC

Humildad ante el triunfo, reñidos tiritos y estrés, atmósfera que inundó la Expo Can

■ La Brigada de Vigilancia Animal de la SSP-DF cuenta con un espacio donde promueven la no violencia hacia los animales

■ Milagros Caninos ofrece información sobre sus actividades

Jaime Whaley

El mundo del perro, y humanos que los acompañan, se despliega estos días en los amplios salones del World Trade Center, donde la fiebre olímpica y la pretensión invaden por igual que los plásticos y el aserrín que protegen pilares y muros del recinto de las gracias de este ejército de los mejores amigos del hombre.

Muñeca, Chacha, Duque y Firulais pueden ser los nombres más vulgares de estos ejemplares de pastor alemán, terrier, malinois, schnauzer o yorkshire, pero Rommel es el apelativo de un rechoncho bulldog inglés, que a sus cuatro años de vida no se cansa de ganar concursos. Lo mismo lo hace aquí, donde lleva ya un par de moños a la mitad de los nueve días de la exposición, que en Guatemala, en donde ha sido premiado, como explica su conductor, por la masividad de su caja torácica y buenos huesos.

A pesar de sus reconocimientos, la fama no se la ha subido a este prognata de pelambre café con blanco que humillaría a cualquier galán de la pantalla, pues sus montas se cotizan en 10 mil pesos, y hay compañeras en lista de espera; además es más prolífico que un agente viajero, pues tiene en su haber una centena de crías.

Otro que tiene de que presumir es Sony, pues aparece en las telenovelas y es un consumado atleta, como demostró en contienda con Aquiles, al igual que él, pastor, con el que se aventó un reñido tirito, que consistió en una carrera de obstáculos y cruzar un túnel curvo de plástico.

Admiración también es la que despierta el corpulento mastín inglés Lucas, sin duda de la división pesada, pues la báscula marcó 115 kilos, pese a que el estrés por estar fuera de su casa campestre, en Otumba, lo hace bajar de peso, además de que extraña sus diarias caminatas de tres kilómetros.

Otro sobresaliente es Mingo, un gran danés tipo arlequín, de carácter equilibrado, apreciado por ser buen cuidador y llevarse bien con los niños, de quien su criador rechazó una oferta de compra valuada en 45 mil pesos.

Más discretos en todo, y esto comprende tamaño, ladrido, precio y pelo, son los nativos xoloizcuintles, idóneos para una casa chica, pues no generan pulgas, no necesitan cepillado y se pueden bañar diario. Cuenta la leyenda que son oriundos de por ahí de la cuenca del Balsas, y que los aztecas los degustaban, así como que eran consentidos de Frida y Diego. Estos ejemplares comen desde tortillas hasta frutas, relata Miguel Ángel Retana, cuya perra es buena devoradora de duraznos, e informa, a la vez, que no están, como se piensa, en peligro de extinción.

El estand de la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno de la ciudad (SSP-DF) resalta la cultura de la no violencia. Solícita y amable, la policía María Guadalupe Campos explica el funcionamiento de la dependencia, que rescata y cuida a animales en situación de maltrato o riesgo, y da a conocer el porqué del interés policiaco en el maltrato animal: se considera que éste es un claro indicador de violencia y generador en la comisión de delitos. Las estadísticas dicen que 87 por ciento de los criminales, ladrones y abusadores sexuales admiten haber maltratado, torturado y asesinado a algún animal. La SSP-DF dispone de una línea telefónica gratuita para emergencias: 5242-5100 con extensiones 8821 o 1137.

Otra organización al pendiente del bienestar es Milagros Caninos, la cual acoge en su santuario a los chuchos con cáncer, ciegos, quemados, paralíticos, donde son atendidos por personas con capacidades especiale, por lo que los beneficios son por partida doble.

Una situación en la que el llamado mejor amigo del hombre sobresale es en la de ser guía de invidentes. Estos canes son entrenados en Rochester, Michigan, por una organización auspiciada por los Lions International; Enrique Magallanes Ulloa, ciego desde los 13 años de edad y con una licenciatura en historia, da cuenta de ello. Desafortunadamente la ayuda de estos ojos no está al alcance de muchos, pues son necesarios unos 20 mil dólares para cubrir el entrenamiento y el seguro.

En contraste con lo expuesto líneas arriba se anuncia un hotel para mascotas en Cocoyoc. Por otro lado se ofrecen sofisticados, aunque útiles, levantacacas, algo primordial cuando se saca a pasear al perro, y que cuestan 360 pesos.

La Expo Can estará abierta hasta mañana, con precio de entrada de 40 pesos, en horario de 10 a 20 horas. WTC. Filadelfia esquina Insurgentes Sur, colonia Nápoles.