■ Exhorto del vocalista Rubén Albarrán en concierto a los jóvenes de Ecatepec
Café Tacvba: imaginemos que nos convertimos en un ramo de flores
■ Vaivén de 60 mil almas en pacífica y solidaria tocada que recolectó ayuda para damnificados de Cuba y el municipio
■ A los teloneros Bengala y Líber Terán algunos les lanzaron agua y tierra
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Ni la juventud ni el rock son símbolos de violencia. El concierto fue pacífico
Foto: cortesía del municipio de Ecatepec
Ecatepec, estado de México. Mientras el país se convulsiona por la violencia, aquí, decenas de miles de flores se mecieron al compás de Café Tacvba.
Una multitud de jóvenes de barrios populares demostraron que ni la marginación ni la juventud ni el rock son sinónimos de violencia y crearon una especie de oasis.
Es más, mostraron que quizá lo más rebelde hoy es imaginarse que uno es una flor.
Los organizadores del masivo concierto gratuito ofrecido el viernes pasado por una de las bandas de rock más queridas de México habían extremado precauciones. No hizo falta.
Rubén Albarrán, vocalista, pidió al inicio de Las Flores: “Imaginemos que nos convertimos en un gigantesco ramo de flores”.
Reunidos en el amplio espacio de unos campos de fútbol, con un viento que enfriaba la noche, la gente hizo temblar el suelo con el baile. Uno podía estar parado y aún así bailaba, nomás con el movimiento del piso de tierra.
En el acto, organizado por el gobierno municipal no hubo grandes juegos de luces ni una aparatosa producción. Lo que sí hubo fue una amorosa entrega de parte del cuarteto a los ecatepenses.
Los tacvbos serán de Satélite, pero era como si estuvieran en casa (como seguramente les sucede en la mayor parte del país), con gente que no sólo los admira y se sabe todas las letras de sus canciones, sino también los quiere y los ve como “de los nuestros”.
Danzón dedicado a...
Albarrán anunció a su “delicadísimo público de Ejecatlpunk” que esa pieza iba dedicada a las chavas presentes y preguntó si “alguna hermosa chica banda” quería subir. Apenas terminó de decirlo y ya había una decena de mujeres en el escenario y otras tantas intentando brincarse la valla que separaba al público del escenario. Así que un grupo de bandas cantó y bailó su canción (La chica banda). Al final, la pequeña figura del cantante desapareció en medio del gran abrazo de todas ellas. Reapareció con una enorme sonrisa.
Como dijo al principio del concierto Albarrán, “el propósito es que bailen y canten. Afuera se quedan los problemas. No existe nada. No existe el terrorismo”.
En otro momento invitó a todos a sacudir los brazos en alto para que todo el mal y el estrés se saliera por las axilas, y a darse la mano y desearse la paz, como los domingos. La gente alzó los brazos e hizo la señal de la V.
Los tacvbos arrancaron con El fin de la infancia, a ritmo de pasito duranguense-ska: “Desde ahora quiero ser dueño, de mis pasos de baile… ¿Seremos capaces de bailar por nuestra cuenta?”
Más allá de la entrega amorosa, o más bien como parte de ella, Café Tacvba mostró que son unos maestros en su oficio. Algo dirá que este año son el grupo con más nominaciones a premios Grammy, con seis postulaciones.
Y se nota que la banda disfruta inmensamente haciendo lo que hoy suena a un potente y limpio sonido rockero (han pasado por distintas etapas musicales), pasando por un pop con sintetizadores, como en la magnífica interpretación de Volver a comenzar (de su más reciente disco, Sino).
“Aquí está su grupo favorito, Café Tacvba”, lanzó el vocalista. Un mar de gente lo constató: “tacuuubos-tacuuubos-tacuuubos”. Y la banda nomás se quedó mirando, en silencio.
Al despedirse Albarrán dijo: “Estamos bien agradecidos de que nos hayan traído acá a tocar, al señor viento. Con el deseo de que se la hayan pasado chingón, que hayan sudado y se vayan más ligeritos a casa… Ojalá nos veamos antes de que se acabe todo el pedo, antes del 2012, antes de que se caigan todas las bolsas.”
Previo a los tacvbos se presentaron Bengala y Líber Terán. Bengala es bastante popular, así que muchos de los presentes corearon canciones como Mal incurable. Algunos que sólo habían ido a ver a Café Tacvba les lanzaron cosas (botellas de agua, tierra), pero no pasó a mayores.
Por otro lado, fue la primera vez que Líber Terán, ex vocalista de Los de Abajo, probó su música como solista ante un público numeroso. Interpretó, entre otras, algunas de sus composiciones propias y covers de El Piporro y The Clash.
Los organizadores y Protección Civil comentaron que les sorprendió que sólo hubo algún incidente menor en lo que catalogaron como el concierto gratuito más grande de rock llevado a cabo en el municipio.
El acto fue coordinado por tres instancias del ayuntamiento (Instituto de la Juventud, Dirección de Cultura y subdirección de Deportes), como parte del programa Entrada Libre, a cargo de la subdirección de Difusión Cultural. La idea es que la población local no tenga que desplazarse hasta el Distrito Federal para este tipo de actividades.
Los organizadores calcularon en más de 60 mil personas la afluencia. A los asistentes se les pidió un donativo de un kilo de frijol o arroz. Los organizadores anunciaron que los granos recolectados llenaron cuatro camiones de tres y medio toneladas; se destinarán a las víctimas de los huracanes Ike y Gustav en Cuba y a las zonas más marginadas de Ecatepec.
El concierto mostró, comentaron algunos, que se pueden hacer actos masivos sin tener el poder económico y los espacios de OCESA, monopolio de la industria del entretenimiento. Y llevar artistas del calibre de los tacvbos a lugares donde OCESA difícilmente iría.
Este sábado, el myspace de Café Tacvba estaba lleno de mensajes en agradecimiento por haber ido allá, a Ecatepunk.