■ Hoy se definirá la situación jurídica de 14 arrestados, entre ellos dos menores de edad

Señalan detenciones abritrarias fuera del reclusorio de La Mesa

■ Los policías no alcanzaron a causantes de los destrozos y capturaron a quienes encontraron en la calle, dice familiar de uno de los aprehendidos

■ Agentes rinden declaración sobre los motines

Antonio Heras (Corresponsal)

Mexicali, BC, 21 de septiembre. Catorce personas, entre ellas dos menores de edad, están detenidas por motín, incendio y daños en propiedad ajena luego de los disturbios ocurridos fuera de la penitenciaría de La Mesa, en Tijuana, durante los motines de los días 14 y 17 de septiembre.

Este lunes vence el plazo para que el juzgado séptimo determine la situación jurídica de los detenidos. Los acusados de incendio no tienen derecho a libertad bajo fianza; en cambio, a siete personas señaladas por motín y daño en propiedad ajena se les impusieron cauciones de 35 mil pesos.

El miércoles 17 de septiembre, familiares que esperaban conocer la situación de los internos durante el segundo motín quemaron una patrulla y lanzaron piedras a policías federales que intentaban sofocar la revuelta.

Agentes municipales persiguieron a parientes de los reos en calles aledañas al penal. Sofocados y sin haber detenido a nadie, regresaron a las inmediaciones del reclusorio, donde capturaron a 21 personas, la mayoría curiosos. “Son inocentes. Los policías municipales los detuvieron porque dijeron que tenían que agarrar a alguien”, aseguró una familiar de uno de los arrestados, quienes han permanecido incomunicados dos días.

Un caso es el de Mario Arvizu Reyes, estudiante de tercer semestre de la licenciatura en economía de la Universidad Autónoma de Baja California, quien vive a dos calles del penal.

Cuando los internos empezaron a quemar muebles y los policías abrieron fuego, colonos que habitan cerca del penal abandonaron sus viviendas.

Arvizu Reyes recibió el jueves a una cuñada que vive frente a la penitenciaria. Le contó que había estallado otro amotinamiento y que esperaría a que las autoridades controlaran la situación para regresar a su domicilio.

“Ve a ver si ya puedo irme a mi casa”, pidió la mujer al estudiante y éste accedió. En la calle, vio pasar a personas que corrían y tras ellos varios policías que no pudieron alcanzarlos. De regreso, los uniformados capturaron a varias personas que encontraron a su paso o estaban en comercios y casas, dijo el joven.

Mario Arvizu fue sometido a golpes y aprehendido por policías municipales junto con un taxista, un albañil, dos alumnos del Colegio de Bachilleres de Baja California menores de edad –quienes permanecieron dos días detenidos con adultos y posteriormente fueron trasladados al Consejo Tutelar–, entre otras personas.

“A Mario lo subieron (a la patrulla) y, al igual que a los otros, lo golpearon y le arrancaron la camisa. Vamos a esperar a que se demuestre su inocencia, porque no alcanza fianza por lo del incendio”, dijo una familiar del estudiante, quien sostuvo que los verdaderos causantes de los destrozos “se les escaparon” (a los policías. Asimismo, informó que acudió a la Procuraduría de los Derechos Humanos de Baja California.

En tanto, en el penal de La Mesa se instaló un sistema audiovisual para que los internos puedan comunicarse con sus familiares, pues las visitas quedaron suspendidas hasta el próximo fin de semana, luego que las autoridades penitenciarias del estado concluyan la identificación de los casi 8 mil presos, así como de tres heridos y tres muertos.

Por otra parte, los policías que participaron en las operaciones para sofocar los motines empezaron a rendir sus declaraciones este fin de semana, como parte de la averiguación previa que inició la Procuraduría General de Justicia de Baja California para aclarar quiénes dispararon contra los 24 internos que fallecieron en ambos motines.