Economist Intelligence Unit
México
Caos en la frontera norte
Hubo una época en que Inspiration Point, lomerío cubierto de hierba cercano al Puente del Comercio Mundial que une Nuevo Laredo, en México, con Laredo, Texas, merecía ese nombre. Decenas de miles de camiones entraban mes a mes a EU sin problema alguno. La visión que ofrecía era la un Tratado de Libre Comercio en operación.
Hoy Inspiration Point ofrece una perspectiva diferente. El puente de ocho carriles que atraviesa el río Bravo está casi siempre congestionado, y los camiones que se dirigen hacia la aduana de EU se mueven tan despacio que a veces la única señal de que sus motores siguen funcionando es el humo que despiden.
Pese a los casi 15 años del pacto comercial entre Canadá, EU y México, los principales cruces fronterizos entre estos últimos están obstruidos. El tiempo de espera para peatones y automóviles ha aumentado de manera notable desde 2001, y muchas personas se han rendido de plano.
En la mayoría de los puertos de entrada el número de cruces ha descendido, pues las personas optan por quedarse en casa. En California, los cruces anuales desde México han disminuido casi en 11 millones desde 2003, según cifras de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
El año pasado, a lo largo de la frontera de Texas, la cual incluye los puntos de intenso tráfico Nuevo Laredo-Laredo y Matamoros-Brownsville, hubo 21.5 por ciento menos cruces de peatones desde México en comparación con 1999.
El número de vehículos privados que cruzan también sufrió una caída sustancial.
En el punto de entrada a San Ysidro, en Tijuana, donde cruzan a diario 45 mil peatones y 50 mil coches, las filas parecen interminables. Los retrasos para los peatones son tan grandes –al menos una hora y a menudo dos– que han aparecido negocios informales que ofrecen asientos de última hora en automóviles que están al frente de la línea de vehículos. Los peatones pueden incluso alquilar bicicletas, lo que les permite formarse en una fila más corta.
Los académicos atribuyen el caos a la obsesión de Washington por la seguridad a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Pero también señalan que EU ha hecho poco para equilibrar ese afán de seguridad con más infraestructura y tecnología para reducir los tiempos de espera.
Un ejemplo son las instalaciones de carga del Puente de las Américas en El Paso, las cuales datan de los años 60. Sólo dos carriles de carga alimentan las seis cabinas de inspección primaria de la aduana, y la infraestructura no se ha actualizado al menos durante una década.
La situación es similar en Laredo, el puerto de entrada con más tráfico de carga a lo largo de la frontera de 3 mil 220 km, por donde 6 mil camiones entran en EU cada día. La instalación de inspección de carga del Puente del Comercio Mundial tiene sólo ocho casetas.
Mario Sánchez, presidente de la Asociación de Agentes Aduanales de Nuevo Laredo, argumenta que, mientras las autoridades mexicanas aumentaron las casetas de inspección de 32 a 54 el año pasado, las autoridades estadunidenses no han actuado.
Para Washington, la crítica es exagerada. Pero para la mayoría de las personas que viven cerca de la frontera, los esfuerzos han resultado insuficientes y hay una sensación aplastante de que EU ha apostado a la seguridad antes que al comercio.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya