■ Mañana abren la segunda exposición que sale del “tesoro” de la Casa Azul, de Coyoacán
El lazo más sólido entre Rivera y Kahlo fue “la transgresión”, dice Pérez Escamilla
■ Retrato de Diego y Frida incluye un boceto del artista hecho por Amedeo Modigliani
Ampliar la imagen Una de las obras de la vertiente cubista de Rivera Foto: Cortesía del museo
La “transgresión”, en palabras de Ricardo Pérez Escamilla, fue el “lazo más fuerte que tuvieron Diego Rivera y Frida Kahlo”, el cual sirvió de hilo conductor al investigador para curar Retrato de Diego por Frida, la segunda exposición que sale del “tesoro” de la Casa Azul, archivo dado a conocer el año pasado, que mañana será inaugurada a las 19 horas en el Museo Frida Kahlo, en Londres 247, Coyoacán.
Para Pérez Escamilla, la “transgresión” empieza con la misma casa, propiedad de la familia Kahlo, que Diego y Frida transformaron con elementos prehispánicos, como se observa en la chimenea, un “accesorio” de la arquitectura. Pero, al revisarlo, el especialista encontró que se trata de “una gran escultura y obra arquitectónica de Diego, que se presenta con una especial iluminación”.
Admiración por la pareja
Ingrid Suckaer, investigadora documental de la muestra, anotó que el intercambio de ideas que Rivera sostuvo con el arquitecto estadunidense Frank Lloyd Wright alimentaron la visión del muralista de esta disciplina.
Con el título de la exposición, apuntó Pérez Escamilla, “no nos referimos a una obra en particular, sino a la comunicación que existió entre Diego, Frida y todo lo que les rodeaba”.
La pareja, continuó el curador, fue transgresora en “todos los aspectos de su vida, por eso los admiramos y los seguimos tanto”.
Entre las joyas que incluye la muestra están los estarcidos con los trazos originales del mural, Historia de la medicina en México. El pueblo en demanda de salud (1953-54), que Diego realizó para el hospital de La Raza, que se ha montado con mucho trabajo e ingenio.
Se incluye también un retrato inédito de Rivera hecho por Amedeo Modigliani en lápiz sobre papel, así como una carta que Frida escribió al ingeniero agrónomo y coleccionista Marte R. Gómez, donde en un acto de amor le pide su apoyo para que Diego siga adelante con la construcción del Anahuacalli. La familia del impulsor de Chapingo prestó material al respecto, expresó Carlos Philips Olmedo, director general del Fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo.
Periodo en París
En la sala dedicada al periodo de Diego en París, se incluye un cuadro cubista que por primera vez se presenta, como un retrato de Angelina Beloff.
Dado los muchos caminos que había que seguir para la investigación, en algún momento Pérez Escamilla tuvo la intención de ahondar en la pareja como “dos personajes muy interesados en los avances de la ciencia”.
A partir de eso, señaló Ingrid Suckaer, “me aboqué a rastrear todo lo que esto me podría arrojar, y aparecieron unas cartas que Albert Einstein envió a Rivera, en mayo de 1934, en las cuales lo felicita por los paneles hechos en Nueva York, donde el artista retrata al físico.
Así fue como Suckaer entabló comunicación con el archivo Einstein en Jerusalén y se pudo reconstruir buena parte de la correspondencia entre ambos.