■ Presentaron Araceli, Nicaragua, 1976-1979, libro de Emma Yanes, publicado por Ítaca
Recupera escritora el aporte de una mexicana a la revolución sandinista
■ La sicóloga y militante fue asesinada por la guardia somocista en 1979, junto con otros integrantes del FSLN
■ Cristina Pacheco subrayó el “acto de amor inmenso” por ese país
Ampliar la imagen Araceli Pérez Darias, en 1961. Imagen tomada del libro de Emma Yanes Rizo
Una historia de dolor, impotencia, horror y muerte, pero también de valentía, fortaleza y solidaridad con el prójimo fue la que vivió Araceli Pérez Darias, tras su ingreso al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1976.
La sicóloga mexicana, quien fue asesinada por la guardia somocista el 16 de abril de 1979, junto con otros militantes del FSLN, utilizó el seudónimo de Tere para participar en la guerrilla, consciente de que lo hacía en favor de la democracia y la independencia de Nicaragua.
Ese ejemplo de vida se plasma en el libro Araceli, Nicaragua, 1976-79: la libertad de vivir, de Emma Yanes Rizo, editado por Ítaca, que fue presentado la noche del miércoles en el Museo Nacional de Antropología (MNA) por la escritora Cristina Pacheco; Eugenia Monroy, ex sandinista, y Benito Taibo.
“Su silencio permitió que no se desmantelara la insurrección en la zona occidental de Nicaragua”, explicó Yanes Rizo, quien al margen de narrar una historia verídica, confiere a su obra tintes fantásticos.
Para Cristina Pacheco, colaboradora de La Jornada, Araceli tuvo “un acto de amor inmenso” al ofrecer su vida para la liberación nicaragüense. “Al leer el libro sentí admiración, amor, inquietud, miedo y rabia” por una mujer brillante que destacó en lugares inhóspitos, inapropiados, saturados de tortura y de muerte.
“Yanes consiguió, mediante 80 testimonios, una obra literaria que no sólo ofrece la perspectiva de vida de Araceli, sino que recrea toda la transformación que sufrió durante esos años.”
La recuperación de esta historia implicó meses de investigación tanto en México como en Nicaragua. Hemerografía y entrevistas fueron los elementos que Emma Yanes entretejió para recrear y presentar la vida de Araceli Pérez, hija de un militante franquista y de Ana Darias, quien visitó cada año la tumba de su hija en el aniversario de su muerte.
Rupturas de una combatiente
Para la autora, Araceli tuvo tres grandes rupturas, las cuales le fueron de suma utilidad en su nueva vida y hasta su muerte.
“Su educación católica le bastó para entender a un pueblo profundamente religioso y para integrarse a la mística del FSLN, sustentada en la teología de la liberación con la consigna: Patria libre o morir.”
Mientras que su formación como sicóloga fue determinante para comprender “el estado de ánimo de las masas”, su educación y origen para instalar casas de seguridad, elaborar propaganda, desplegar logística, ser correo entre Panamá y Costa Rica y dirigir la educación popular.
Otro aspecto que resaltó fue el tema referente a la muerte, el cual nunca estuvo desligado del pensamiento de la guerrillera.
Los personajes de este libro, puntualiza Emma Yanes, se caracterizan porque ellos mismos decidieron qué hacer con sus vidas y son sus propios protagonistas.
Al auditorio Fray Bernardino de Sahagún del MNA también acudió Cristian, hermano de Araceli, quien presenció las emotivas referencias hacia la combatiente, alguien que siempre tuvo la idea de que la muerte la rondaba hasta el día en que se consumó el “asesinato brutal”.
Posteriormente, la primera tanqueta que el FSLN quitó a la guardia somocista fue bautizada con el nombre de Araceli.
Araceli, Nicaragua..., libro de la investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia, se presentó en el contexto de la versión 20 de la Feria del Libro del Antropología e Historia, que concluye este domingo.