■ Denuncian que las autoridades no han dado propuestas viables para su reubicación
Artesanos toman las plazas Hidalgo y Centenario, en el centro de Coyoacán
■ Colocan carpas y lonas en torno de los jardines y frente a restaurantes de la zona
Ampliar la imagen Aspecto de la protesta de artesanos de Coyoacán Foto: María Luisa Severiano
Después de seis meses de haber sido desalojados, artesanos y comerciantes del centro histórico de Coyoacán tomaron de manera simbólica las plazas Hidalgo y Centenario para exigir al gobierno delegacional les permita regresar a dichos espacios ante la falta de propuestas “viables y serias” para su reubicación.
Desde el mediodía de ayer instalaron carpas, mesas, pancartas, fotografías y repartieron propaganda sobre el conflicto, además de que continuaron con la recolección de firmas de apoyo de los transeúntes que, aseguran, suman ya más de 150 mil.
Aunque el parque Centenario sigue cercado por una alambrada, los vendedores colocaron sus carpas y mesas alrededor del mismo, incluso frente a los restaurantes del lugar, cuyas terrazas ocupan parte de la plaza.
En el caso del Jardín Hidalgo, optaron por extender el plantón que desde hace seis meses mantienen en protesta por el desalojo, por lo que en la acera de la calle Carrillo Puerto se colocaron una treintena más de carpas a la altura de la iglesia de San Juan.
A diferencia del plantón permanente, en esta nueva manifestación, que duró hasta las ocho de la noche, y que repetirán hoy, los comerciantes y artesanos no aprovecharon las carpas para vender sus productos, aunque advirtieron que existe la posibilidad de hacerlo todos los fines de semana.
Al comienzo de la protesta, personal de Vía Pública de la delegación Coyoacán y granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal realizaron diversos rondines sin que se presentara incidente alguno, aunque la presencia de la autoridad delegacional se mantuvo durante todo el día.
Sólo un puesto pudo traspasar el enrejado del parque Centenario, el de María Ernestina Córdova Farfán, que se dedica a la venta de collares y pulseras, entre otros artículos, gracias a que desde julio pasado la sala séptima del Tribunal Colegiado en Materia Administrativa le concedió un amparo definitivo que le permite laborar en ese lugar, explicó la vendedora.
En ese sentido, Eliseo Morales, de la organización Manos que Hablan, dijo que actualmente hay 200 amparos más en proceso, por lo que el caso de María Ernestina, además de sentar precedente, demuestra que los argumentos del jefe delegacional, Heberto Castillo Juárez, para no permitirles vender en la plazas no son válidos.
Por su parte, Eduardo Delgado, otro artesano inconforme, calificó como “una burla” que Castillo Juárez les haga propuestas de reubicación temporal sin los consensos necesarios, como sucedió con la calle Cuauhtémoc, donde “sabemos que ni los vecinos ni las comerciantes establecidos nos quieren allí”, además de que el tránsito es más pesado que en Carrillo Puerto, por lo cual, advirtió, “no aceptaremos irnos para allá”.
En cuanto a la propuesta definitiva, reiteró que a dos semanas de haberla anunciado, aún “no hay ni proyecto arquitectónico ni nada”, además de que las autoridades se niegan a informar por escrito, de manera institucional, sobre las condiciones y el régimen en que ocuparía el bazar de artesanías.