Desde otras ciudades
Transporte racial
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El Metrobús de Johannesburgo, con horario limitado Mónica Mateos-Vega
Foto: Mónica Mateos-Vega
¿Cómo se transportan los miles de habitantes de la ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica, que no poseen auto? La respuesta sorprende a los turistas: como pueden.
Con sólo dos líneas de camiones (Metrobús) que circulan en horarios restringidos por el centro (de 7 a 14 y de 16 19 horas) y taxis con tarifas a discreción, la población debe organizarse para moverse por la urbe.
Todas las mañanas, en las esquinas se ven largas filas de personas, sobre todo negras, que esperan su “black taxi”, una vagoneta, casi siempre de color blanco, que no tiene ruta fija ni letreros visibles.
Los pasajeros deben adivinar si se trata de un transporte público, y luego estar atentos a las señas que hace el chofer al sacar su mano por la ventanilla para saber qué rumbo tomará: de frente, vuelta a la izquierda o a la derecha. Con suerte uno pesca la camioneta que va por el camino deseado. Si no, debe tomar hasta tres vehículos de éstos para llegar a su destino.
El servicio no está regulado por el ayuntamiento, así que cualquiera, en cualquier momento, puede hacerse de unas monedas llevando y trayendo personas por toda la ciudad.
Muy pocos blancos utilizan los “black taxis”, implementados desde la época del apartheid como solución a la negativa de las autoridades de la ciudad de reponer los autobuses que los opositores al régimen segregacionista quemaban durante sus manifestaciones.
Se estima que el área metropolitana de Johannesburgo es de más de 8 millones de habitantes, lo cual la convierte en la tercera ciudad más poblada de África.
Mónica Mateos-Vega