■ Instancia oficial dice que sólo son 75, critican diputado y El Barzón
En Chihuahua, 25 mil hectáreas sembradas con maíz transgénico
Ciudad Juárez, Chih., 27 de septiembre. La superficie sembrada con maíz transgénico en Chihuahua suma unas 25 mil hectáreas, no las 75 que reconoce el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), dijeron el líder de la organización El Barzón, Gabino Gómez, y el diputado local perredista Víctor Quintana Silveyra.
“Estos sembradíos de maíz genéticamente modificado procedente de Estados Unidos fueron descubiertos luego de que un laboratorio contratado por la organización Greenpeace realizó un primer estudio en muestras del grano”, indicó Quintana, del Frente Democrático Campesino.
A su vez, Gómez afirmó que “el maíz modificado entra por la aduana con sellos engañosos gracias a intereses económicos de una compañía extranjera que promueve nuevos plaguicidas”.
Sobre los daños a la salud que ocasiona el grano, dijo que pueden aparecer hasta la segunda o tercera generaciones de los consumidores actuales.
“En tal situación, se nota que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), como dependencia responsable, no vigila el ingreso de semillas al país ni su siembra y venta, y tras el anuncio de que Greenpeace dará en breve los resultados de un segundo análisis, boletinaron que se trata sólo de 70 hectáreas, cuando el problema es mucho mayor y pudo prevenirse”, indicaron ambos.
Por su parte, Rubén Chávez Villagrán, presidente de la Unión Agrícola Regional de Productores de Maíz Amarillo, consideró ilógico que 80 por ciento del maíz que importa México sea transgénico, pero legalmente se prohíba su siembra.
En relación con el mismo tema, el secretario estatal de Desarrollo Rural y Ganadería, Reyes Ramón Cadena Payán, aseveró que las 70 hectáreas localizadas en el municipio de Cuauhtémoc deben destruirse.
Adujo que no existe ley que las regule, y señaló que un producto genéticamente modificado puede introducirse previa demostración de inocuidad; sin embargo, el maíz transgénico sí afecta la biodiversidad y falta determinar si es nocivo para la salud.