Proyectos contra el medio ambiente y la soberanía
El licenciado Felipe Calderón suele prometer en sus mensajes que dejará un país más rico, independiente y justo. Para eso pide apoyar las grandes reformas que plantea, gracias a las cuales pronto seremos una megapotencia mundial. Sin embargo, para lograr tales objetivos hace todo lo contrario. Dos ejemplos explican lo que el segundo “gobierno del cambio” entiende por soberanía e independencia.
El licenciado Calderón atestiguó el inicio de los trabajos de la que será la instalación portuaria más grande de América Latina. Se ubica en Punta Colonett, 100 kilómetros al sur de Ensenada, Baja California, y dará origen a una ciudad de 250 mil habitantes. Desde allí se trasladará a Estados Unidos parte de la mercancía procedente de Asia. En 10 años más tendrá capacidad para mover 6 millones de contenedores. La inversión en Punta Colonett es de más de 5 mil millones de dólares. Entre las obras requeridas para su funcionamiento, destaca un rompeolas gigantesco, una planta generadora de energía y otra para desalinizar agua marina, un aeropuerto para carga y una vía de tren a Tecate de 300 kilómetros que conectará con el sistema ferroviario del vecino país.
El segundo proyecto es la terminal Energía Costa Azul, que recientemente entró en funcionamiento en la punta norte de la bahía de Ensenada, para la recepción, almacenamiento y regasificación de gas natural licuado. Tiene capacidad para procesar mil millones de pies cúbicos de gas natural por día y espera pronto duplicar esa cifra. Es la inversión más grande en la historia de la poderosa compañía estadunidense Sempra Energy: mil 200 millones de dólares. Sus directivos están muy contentos del trato que han recibido del gobierno mexicano. Igualmente los de la Shell y la British, grandes firmas petroleras unidas a Sempra en la terminal citada.
Para que estos dos megaproyectos fueran realidad se requirió el visto bueno de las autoridades ambientales y del gobierno panista de Baja California, que desoyeron las voces de los científicos sobre los daños que ocasionarán a la fauna y la flora terrestre y marítima. Además de los efectos que el movimiento de grandes barcos hacia ambos puertos tendrá en la migración de la ballena gris y en el comportamiento de otros mamíferos marinos de la región.
En el caso de la regasificadora, su terminal se ubica en el más grande y mejor conservado matorral costero del mundo. Es característico de la región mediterránea de las Californias. Por su riqueza y endemismo de flora y fauna, figura en la lista de conservación mundial de especies y hábitat. Los posibles daños a este matorral los ignoraron las autoridades ambientales y todo apunta a que se convertirá en zona industrial y fuente de contaminación. Científicos y ambientalistas plantearon convertir en área natural protegida las casi 5 mil hectáreas más que no ocupará en la región el complejo regasificador. Tampoco se tomaron en cuenta los intereses de los pescadores ni las grandes posibilidades para establecer allí el turismo de bajo impacto. Sempra prometió donar a Baja California 5 millones de dólares a cambio de sus obras. En pocas palabras: tú me das dólares y yo te autorizo a que hagas lo que en tu país no puedes hacer: destruir los recursos naturales, alterar el ambiente.
En Punta Colonett también se ignoraron las advertencias de los especialistas sobre la necesidad de cuidar dicha región que reúne la mayor biodiversidad en la costa oeste de América del Norte y que es un excelente ejemplo de lo que eran hace 200 años los paisajes desértico-costeros de California. Aunque la región ha sido poco estudiada, lo que se conoce revela una diversidad sorprendente de taxa endémicos y raros, incluyendo muchas especies únicas en el planeta o amenazadas. Además de comunidades vegetales de tierras altas y gran número de patos y aves playeras, varios reptiles, aves, insectos (entre ellos la mariposa azul) y anfibios, que únicamente se localizan allí y están amenazados o en peligro de extinción. Cerca de la orilla se desplaza en su migración la ballena gris y sus ballenatos.
Estos dos proyectos muestran lo que el licenciado Calderón realmente hace por México: convertirlo en una estación de servicio de Estados Unidos. En Baja California ya es así.