TOROS
José Tomás identificado con Barcelona
José Tomás se fue a Barcelona a rematar su temporada española. Plaza en la que comenzó su quehacer este año. No en balde se identificó con ese coso, esa ciudad, que nos hablan de un carácter, un espíritu, una arquitectura y una poesía. Espíritus indomables, introvertidos, macizos que han hecho de Barcelona una ciudad que se distingue del resto de la geografía española por su historia, su cultura, su progreso, su avance tecnológico y científico.
Remató José Tomás su temporada a tambor batiente, realizando una faena, no cualquier faena, que pasará a los anales de la historia taurina por su belleza, su arte, su “nosequé”. Ya Jaime Avilés, Lumbrera Chico, nos habló en su columna de la semana pasada de la forma en que bordó el toreo, el diestro nacido en Galapagar. Tuvo la fortuna de encontrarse con el toro soñado y realizar la faena soñada a tono con la tarde catalana. Toro que acabó por ser indultado.
José Tomás triunfó inobjetablemente sobre todo ante sí mismo. Había que verlo en la pantalla televisiva (TVE) en los cites al bravo Idílico de Núñez del Cubillo. Lo mismo con el capote verónicas por el lado derecho y luego con la muleta. Los cites eran de frente, adelantando al muleta, embarcándolo muy despacio, enroscándoselo en la cintura y rematando debajo de la pala del pitón. Todo esto con las zapatillas clavadas en el rendondel hasta levantar a los aficionados de sus asientos. Idílico fue mucho mejor por el lado derecho desde el capote en el que el burel planeaba. Pero con más torería por el izquierdo en que el toro pasaba rebrincando.
No se agotó el toro en 10 minutos de faena que iba a más, bajo el milagro del encantamiento del toreo de siempre; parar, templar y mandar, hasta enloquecer a los aficionados catalanes. José Tomás en el momento estelar de su carrera es el mandón de la torería actual. En México esperamos que se haga el milagro y parta plaza en la temporada mexicana.