Bejarano: no buscaré postulación
Ampliar la imagen Rene Bejarano, durante su reaparición política en el Monumento a la Revolución Foto: Marco Peláez
Lo trataron como si fuera candidato, aunque él dijo que de ninguna manera buscaría una postulación. Lo aclamaron como el líder que fue y que ahora retornaba. Con el Monumento a la Revolución como escenario, Rene Bejarano regresó ayer a la vida política pública, a la cabeza un movimiento ciudadano en un mitin que se organizó con la logística de una maquinaria corporativa, aceitada plenamente.
Llegaron desde Iztapalapa, Cuajimalpa, Tlalpan y Alvaro Obregón para escuchar a Bejarano, quien les dijo: “La ética en la política es algo que tiende a ser ausente. Las guerras sucias, la deshonestidad, la falta de autoridad moral, el fraude electoral, la mentira, la difamación, los linchamientos mediáticos (…) y la creación de los chivos expiatorios son calamidades de nuestro atraso político”.
En el amplio estrado que se instaló estaban diputados federales y locales, encabezados por su esposa, Dolores Padierna, y los delegados de Alvaro Obregón, Tlalpan y Cuauhtémoc. También estaba Arturo López Obrador, quien dijo haber llegado a título personal para “estar con el profesor” y sin comentarlo con su hermano Andrés Manuel.
Bejarano fue el único orador. Casi una hora de discurso de presentación de una organización en la cual “nos movilizaremos con seguridad, determinación, guiados por el ideal de un gobierno legítimo y en defensa de la economía popular”.
En los alrededores del monumento, los microbuses, los autobuses y los taxis que trasladaron a quienes llenaron una parte de la Plaza de la República saturaron las calles aledañas a la Secretaría de Gobernación.
Miles de personas de organizaciones tan diversas como los Comerciantes de Mascotas de Zacatepetl, la Alianza de Organizaciones Sociales y Comerciantes Unidos, la Unión de Comerciantes en Pequeño de Baratas Populares y Permanentes... Decenas de organizaciones, muy pocas de los cuales trajeron en sus banderolas el logo perredista; las más aparecen como “ciudadanas”.
Son aquellas organizaciones que Bejarano, cuando operaba en el PRD, respaldaban al partido y que ayer llegaron como parte del Movimiento Nacional por la Esperanza. A ellos les habló de la necesidad de una organización para hacer frente a la inminente secuela de efectos negativos de la crisis económica; a ellos les dijo que “la conformación de esta asociación civil, con integrantes unidos en lo individual y voluntariamente, es un renacimiento”.
El ex dirigente perredista reprobó la criminalización de la lucha social y consideró que los 70 años de gobiernos priístas y los ocho años de panismo han sumido a la sociedad en el “desasosiego y la tristeza, en la evasión enajenante de las drogas y el alcoholismo”.
De ahí pasó de nuevo a definir su condición personal, que asoció al movimiento: “No vamos a emprender la retirada; por el contrario, hemos recargado energías y nos disponemos a caminar por doquier para ampliar nuestra presencia. Después de la larga noche de escarnio nuestro poder de ayuda crece”.
Entre los asistentes no hay mucha claridad sobre los alcances del movimiento: “Aquí nos citó el líder”, dice Rosa Rosales, integrante de una organización de comerciantes, quien ronda los 60 años y acudió a lo que su dirigente –le dijo– “era una reunión importante”. La gran mayoría de los asistentes vestía camiseta y gorra blanca, con el logo multicolor del movimiento.