■ El Estado Mayor agudizó los problemas al cercar la Plaza de la Constitución
Otro domingo de caos vial en la ciudad
■ Al cierre de calles en el Zócalo se sumó el recorrido del cliclotón; afectó varias delegaciones
Ampliar la imagen Largas filas de autos se vieron en las calles del Centro Foto: Jesús Villaseca
Los capitalinos vivieron un domingo caótico. La apertura de la pista de hielo en el Zócalo provocó el cierre de varias calles del Centro Histórico, pese a la baja afluencia de asistentes, lo que derivó en largas filas de automóviles en las calles Cinco de Febrero, Madero, Cinco de Mayo, Veinte de Noviembre, Bolívar y Brasil, aunque los problemas de circulación se acrecentaron por la mañana, ante la toma de la Plaza de la Constitución por elementos del Estado Mayor Presidencial por la conmemoración en Palacio Nacional del segundo año de gobierno de Felipe Calderón.
La colocación de vallas metálicas en el circuito y la realización del 17 ciclotón no sólo desquiciaron el tráfico vehicular en la zona centro, sino también en avenida Hidalgo, Paseo de la Reforma, Izazaga, La Viga, Las Torres, Eje 5 Sur, Plutarco Elías Calles, División del Norte, Municipio Libre, Félix Cuevas, Poussin, Empresa, Patriotismo, Mazatlán, Durango, Valladolid, Londres y Florencia, pues los automovilistas tuvieron que circular por vías laterales, en el mejor de los casos, o buscar otras alternativas viales para llegar a su destino.
“Es un verdadero desmadre. No conforme con el cierre dominical de Reforma por los ciclistas, ahora nos impiden el paso hacia el Zócalo, por la pista de hielo, sin tomar en cuenta que en diciembre los traslados en carro aumentan, por la compra de regalos, aun con la crisis que vivimos”, coincidieron varios conductores, obligados a abandonar sus automóviles en los alrededores del Metro Hidalgo para continuar a pie.
La colocación de vallas metálicas en Paseo de la Reforma, avenida Hidalgo y Juárez los obligó a caminar por el arroyo vehicular, así como entre los ciclistas; mientras los que se “arriesgaron” a continuar su trayecto en automóvil o microbús lo hicieron a vuelta de rueda, dada la carga vehicular en Eje 1 Norte, Fray Servando, Eje Central y Circunvalación, para ingresar al Zócalo. “No es posible que hasta en domingo suframos estos atorones”, señalaba un conductor que, acompañado de unos amigos extranjeros, confiaba en lograr uno de los brazaletes para acceder a la pista.
Los pocos elementos distribuidos en la zona tuvieron que soportar las groserías de automovilistas que, con diversas artimañas, buscaban burlar los “retenes” de parapetos o botes de plástico para continuar su camino sin dificultad. “Ni modo, siempre somos los malos, pero tenemos la orden de que nadie pasa y lo vamos a cumplir”, señalaron algunos de los uniformados, que trataban de agilizar el tránsito, sin éxito.
Los cierres de calles, comentaron algunos de los trabajadores del Instituto de la Juventud, encargados de entregar los brazaletes de ingreso a la pista en las taquillas, provocaron que la afluencia de asistentes fuera menor a la registrada la víspera, pero “también es porque todavía no es época de vacaciones, pero conforme pasen los días habrá más gente que disfrute de este espectáculo, con total seguridad, pues estarán cerradas varias calles. Ahora toca a los peatones tomar el Zócalo, aunque les pese a los conductores”, agregaron.
Mencionaron que el número de brazaletes entregados por hora fue de 80 en promedio, aunque un reporte de la administración capitalina indicaba que el número oscilaba entre 600 y 700, los cuales nunca se reflejaron en la pista, pues lució semivacía en su primer día de operaciones, a diferencia de la ubicada en Insurgentes, que estaba a tope, pese a no ser gratuita.
El presidente de la Comisión de Desarrollo Metropolitano de la Cámara de Diputados, Obdulio Ávila, consideró que la ciudad de México dejó de ser la Capital en Movimiento y hoy funge como la capital del embotellamiento, lo cual genera estrés y baja calidad de vida de los habitantes de esta ciudad, así como una pérdida económica por problemas de tránsito de alrededor de 20 millones de horas al día, al “desplazarnos a una velocidad promedio de seis kilómetros en las horas pico”.