TOROS
■ En la novena corrida Israel Téllez realizó lo más torero pero no lo más memorable
Clamoroso triunfo del hierro de San Lucas; discretos, José Mauricio y Aldo Orozco
■ Soberbios pares de Adolfo Christian Sánchez, así como de Raúl Bacelis
Ampliar la imagen El diestro capitalino José Mauricio cortó oreja a Luna nueva Foto: Notimex
En el noveno festejo de la temporada en la Plaza México, unos salieron satisfechos y otros decepcionados, ya que las expectativas provocadas por Aldo Orozco y José Mauricio tras sus éxitos en plazas de provincia se estrellaron ante la bravura y buen estilo de sus respectivos lotes de la ganadería jalisciense de San Lucas, en tanto que Israel Téllez lograba lo más consistente con los toros menos propicios –¿quién haría los lotes?– para el lucimiento convencional.
Con una entrada que refleja el pobre posicionamiento de la fiesta brava ante el resto de los espectáculos y el estrecho concepto de promoción por parte de la empresa, pero con la asistencia de varios matadores de toros, incluidos El Niño de la Capea y su hijo Pedrito, que muy quitados de la pena vienen por más corridas luego del petardazo de la alternativa de éste en la México con becerros de Teófilo Gómez hicieron el paseíllo Israel Téllez, que reaparecía tras la grave cornada en este escenario, Aldo Orozco y José Mauricio, precedidos por varios triunfos en cosos de los estados, para lidiar una corrida del hierro de San Lucas, discreta de edad y trapío pero sobrada, salvo el lote de Téllez, de bravura y buen estilo, que a la postre exhibiría las discreta evolución de Orozco y José Mauricio y, de paso, la estatura torera del faenón izquierdista de Manolo Mejía a Don Fer, de El Junco, en la séptima corrida.
Israel Téllez merece otro trato por parte de los metidos a promotores, pues a su valor y sentido de espectáculo aúna un claro concepto de tauromaquia a partir no sólo de citar, sino de embarcar, templar y mandar a los toros, independientemente de su estilo.
Con su primero, probón, que recargó en una vara y al que banderilleó con más esfuerzo que lucimiento, Israel consiguió meritorias tandas por ambos lados, sufrió dos desarmes y dejó una estocada baja casi entera. Y a su segundo, muy feo de hechuras y deslucido, le recetó tres rotundos muletazos que bastaron para meterlo en el engaño y, a base de colocación y sentido de la distancia, supo sacarle un provecho increíble antes de dejar una entera. En cuanto Téllez aprenda a vender cada suerte que realiza, a ver quién puede con él.
Aldo Orozco, sin llegar a decepcionar sí dejó preocupados a muchos de sus simpatizantes, ya que sus constantes éxitos por los estados no se reflejaron frente al magnífico lote que le tocó en suerte, y del que debió haber cortado por lo menos una oreja de cada ejemplar.
En fallido maestrito con su primero, al que desperdició lastimosamente, mostrando escasa estructuración y poca entrega, no lo hizo muy diferente con el quinto de la tarde, otro toro sensacional que traía las orejas con alfileres. La vuelta que dio debió haber sido un apéndice por lo menos. Tendrá que revisar Orozco esa tauromaquia.
Por su parte, José Mauricio sigue sustituyendo la técnica con la valentía y confundiendo aprovechar el viaje con el mando. Si bien se hizo de la oreja de su primero, malogró una enjundiosa faena a su segundo con dos pinchazos, los únicos de la tarde, y mostró una evolución inversamente proporcional a su gran capacidad de conexión con el tendido.
No se pierda hoy, en el programa Toros y toreros de Canal Once, la importante y estética faena que realizó en Guadalajara Guillermo Martínez, quien por cierto regresa a la México el próximo domingo con un encierro de Xajay.