Usted está aquí: martes 2 de diciembre de 2008 Política Tiripetío: razones de una revuelta

Luis Hernández Navarro

Tiripetío: razones de una revuelta

En el normalismo rural de todo el país hay intensa agitación y enfrentamientos entre policías y estudiantes. Ahora fue Tiripetío. El pasado 29 de agosto fue Tenería. En noviembre de 2007, Ayotzinapa.

El 27 de noviembre cientos de estudiantes normalistas rurales de Michoacán y otros estados tomaron camiones para trasladarse a la ciudad de Morelia, tal como han hecho en muchas otras ocasiones anteriores. Querían celebrar un mitin para recordar la represión que sufrieron en 2002. Pero la policía les impidió el paso lanzando gases lacrimógenos. Los jóvenes se defendieron con palos, piedras y bombas molotov. Los uniformados detuvieron a 130 mujeres y tres hombres. Los muchachos quemaron dos patrullas.

La mayoría de los jóvenes que participaron en el enfrentamiento son alumnos de la Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga, ubicada en Tiripetío, Michoacán, a 25 kilómetros de Morelia, sobre una extensión de 12 hectáreas de lo que fue la hacienda de Coapa, fundada en 1922. Es una de las ocho normales públicas que existen en el estado. De ella han egresado destacados luchadores sociales, como el líder indígena Elpidio Domínguez, comunero de Santa Fe de la Laguna, asesinado en 1988 por un ganadero, y Sergio Espinal, dirigente nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

El enfrentamiento es un claro indicador del descontento y la rabia que existen entre los jóvenes normalistas rurales y de la torpeza gubernamental para atender sus demandas. Los muchachos viven en carne propia la amenaza del cierre de sus escuelas, la negativa a otorgar plazas docentes a los egresados y condiciones de vida muy precarias como estudiantes. La movilización y la protesta son para ellos las herramientas para sobrevivir y mantener vivo un legado.

El mismo día que comenzaron los cursos escolares, Elba Esther Gordillo provocó un enorme alboroto nacional al anunciar la necesidad de convertir los centros de formación de docentes en escuelas para técnicos en turismo y actividades productivas. El fantasma de la desaparición de las normales rurales rondaba ya por las escuelas y su declaración no hizo sino verificar un temor fundado. Apenas el pasado julio, después de 86 años de funcionamiento, fue cerrada la normal de El Mexe, en Hidalgo. Sobreviven en el país 16 instituciones de este tipo, la mitad de las que operaban a mediados de los años 60, y la tentación de deshacerse de ellas es grande.

En 1998, la matrícula de alumnos de Tiripetío se redujo en 120 espacios, se limitó la asignación automática de docentes a los egresados y se estipuló que el gobierno michoacano no se hacía responsable de garantizarles el trabajo. En 2002 Lázaro Cárdenas Batel amenazó con cerrar la escuela. Durante 12 días el ejército cercó la institución. Ahora, los normalistas acusan a Aída Sagrero, secretaria de Educación del estado, de tratar de acotar la matrícula de nuevo ingreso.

En la Vasco de Quiroga estudian como internados 540 varones, todos provenientes de familias pobres del medio rural. Las condiciones en las que viven y estudian son muy precarias. Cuentan con una beca alimentaria de apenas 49.25 pesos por día. Comen frijoles, tortilla, verduras, té, pan dulce, y en ocasiones conejo o pollo. Beben leche dos veces a la semana. Para alimentarse y conseguir recursos crían cerdos, borregos y conejos, y siembran cuatro hectáreas y media de maíz.

Hacinados, pernoctan en dormitorios con techos de lámina, distribuidos en cinco edificios. Las literas están equipadas con viejos colchones de hule espuma y cobijas raídas con muchos años de servicio. Los cuartos presentan un deterioro grave y su equipamiento es precario, tanto que a comienzos de este año un cortocircuito provocó un incendio en el que murieron calcinados, mientras dormían, dos estudiantes. No contaban con extintores, con alarma ni con salidas de emergencia, y los bomberos tardaron dos horas en llegar.

La licenciatura es de cuatro años. Estudian en 16 aulas para 15 grupos escolares. La escuela está habilitada con Enciclomedia, pero el equipo de cómputo apenas sirve para proyectar diapositivas. Tiene un laboratorio de ciencias naturales, salón de danza, de artes plásticas, carpintería, biblioteca, comedor y algunas canchas deportivas. Sin embargo, en época de lluvias las instalaciones se inundan. Los jóvenes no cuentan con recursos para adquirir uniformes deportivos.

Una de las paredes del edificio tiene pintada una máxima del pedagogo brasileño Paulo Freire que inspira la acción de los muchachos: “No se hace el alumno en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión, en la praxis”. Así es que, lejos de conformarse con la situación que viven, dedican mucho tiempo y energía a tratar de transformarla y a buscar que se incremente el presupuesto para su normal.

Los estudiantes de Tiripetío, al igual que gran parte del magisterio estatal, tienen graves problemas con Sagrero. La funcionaria –integrante de una de las corrientes sindicales del magisterio estatal pertenecientes al Partido de la Revolución Democrática (PRD)– está fuertemente enfrentada a la expresión mayoritaria de los trabajadores democráticos de la educación.

El magisterio michoacano desempeña un papel central en las movilizaciones contra la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE). Aunque el gobernador Leonel Godoy no ha firmado el pacto, los docentes disidentes consideran que no ha expresado una posición pública de rechazo. Los alumnos de la Vasco de Quiroga, como el conjunto de los normalistas rurales del país, repudian la ACE y participan activamente en las movilizaciones en su contra.

Tiripetío muestra que el normalismo rural tiene muchos enemigos dentro de la administración pública y los gobiernos de los estados. Simultáneamente, nos recuerda que, en una sociedad rural acosada por una “modernidad” a golpes de mercado, es una de las pocas vías de movilidad social realmente existentes para los hijos de las familias campesinas. Cerrar esa válvula tendrá costos nada despreciables.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.