Usted está aquí: miércoles 3 de diciembre de 2008 Política Acuerda el Senado que el 2 de octubre sea considerado día de “duelo nacional”

■ “Se trata de un reconocimiento del Estado sobre su responsabilidad en una acción brutal”

Acuerda el Senado que el 2 de octubre sea considerado día de “duelo nacional”

Víctor Ballinas y Andrea Becerril

A 40 años de la matanza de Tlatelolco, el Senado aprobó ayer modificaciones legales para reconocer el 2 de octubre como una fecha de “duelo nacional”, por lo que cada año ese día se izará la bandera a media asta en escuelas y edificios públicos, así como en las sedes de las representaciones diplomáticas y consulares de México.

En el dictamen elaborado por las comisiones de Gobernación –que preside el priísta Jesús Murillo Karam– y de Estudios Legislativos –encabezada por el panista Ricardo García Cervantes–, a la iniciativa que presentó el senador perredista Pablo Gómez el 19 de abril de 2007, destacan que “se trata de un reconocimiento histórico trascendente por parte del Estado mexicano de su responsabilidad en una acción brutal de ejercicio desmesurado de su fuerza represiva, durante un régimen político cerrado al respeto de las libertades ciudadanas”.

Ambas comisiones sostienen que el dictamen que se sometió a votación del pleno “sería un medio idóneo para sufragar un adeudo histórico con la sociedad mexicana, pero se trata también de reconocer aquel hecho como un hito en la ruptura de un sistema político obsoleto, fraguado sobre cimientos formales con las instituciones de la democracia política de la modernidad –soberanía residente en el pueblo, representación popular, división y equilibrio de poderes–, pero sostenido por mecanismos reales de poder autoritario”.

Resaltan en las consideraciones del mismo que es acertado el objetivo de la iniciativa de mérito”. Se trata de hechos históricos que se reconocen, cada vez con mayor amplitud, como un símbolo que permanentemente nos recuerda aquello que no debe volver a suceder en el camino que cotidianamente trazamos para alcanzar un sistema político, económico y social efectivamente democrático.

Las comisiones dictaminadoras precisan que “no se trata de otorgar al movimiento estudiantil del 68 un lugar en la historia, pues éste ya le pertenece, como tampoco de renacer o avivar una confrontación entre ciudadanos y gobierno. Por el contrario, “se propone dar un reconocimiento oficial al hecho histórico como elemento de conciliación ante la persistencia de una memoria fúnebre de los hechos”.

Pablo Gómez, autor de la iniciativa, propuso en tribuna una modificación a la Ley de la Bandera y el Escudo Nacionales, “a efecto de instituir a media asta el lábaro patrio en señalar de luto el 2 de octubre de cada año.

“El objetivo de esta iniciativa, contenida en el dictamen, es que el Estado mexicano dé un paso muy importante en el reconocimiento de hechos del pasado que se dieron en el marco de la lucha por la democracia, y que desgraciadamente concluyeron en represiones violentas”. Es obligación del Estado actual hacerlo de forma institucional”.

Su propuesta ante el pleno fue modificar el texto que decía: “2 de octubre, aniversario de las víctimas por la democracia de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, 1968”, por “2 de octubre, aniversario de los caídos en la lucha por la democracia en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco en 1968”.

Desde la tribuna, el perredista aseveró: “hace semanas, el 2 de octubre yo leí aquí la lista conocida de los caídos, y leí también los nombres de los militares que cayeron ese día en la Plaza de las Tres Culturas. Ellos también fueron víctimas de una acción represiva; no olvidamos tampoco a los que perdieron la vida en esa acción”.

El 2 de octubre es un día que forma parte de la memoria histórica del país, quiérase o no”, aseveró, y añadió: “lo que tratamos de recordar es una fecha luctuosa que está en la conciencia nacional, en la búsqueda de algo también en la conciencia actual de las generaciones vivas, que nos lleve a que nunca más se repita un hecho como éste. Esa es la idea. No debemos darle la vuelta a la hoja sin leerla antes completa. En eso estamos y creo que este puede ser el primer paso de la lectura, desde el punto de vista del Estado”.

El dictamen, con la modificación propuesta por el senador perredista, fue aprobado por 77 votos en favor de todas las fuerzas políticas, seis abstenciones y ningún voto en contra.

 
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