■ Superan en 9 mil mdd lo solicitado; alegan fuertes descensos de sus ventas automotrices
GM, Ford y Chrysler piden 34 mil mdd en créditos al Congreso de Estados Unidos
■ La quiebra de los fabricantes “no es una opción”, destaca la representante Nancy Pelosi
Ampliar la imagen Sede de General Motors en Detroit. La compañía pidió créditos al Congreso de Estados Unidos por un total de 18 mil millones de dólares Foto: Ap
Washington, 2 de diciembre. Las solicitudes de crédito presentadas este martes ante el Congreso en Washington por los dirigentes de los tres grandes constructores de automóviles estadunidenses, General Motors, Ford y Chrysler, superaron en 9 mil millones de dólares el monto estimado inicialmente.
General Motors pidió 4 mil millones de dólares para este mes, 12 mil millones hasta marzo y otros 6 mil millones de dólares en una línea de crédito, como precaución ante el descenso de las ventas a causa de la recesión, para totalizar 18 mil millones de dólares.
Chrysler indicó que necesita 7 mil millones de dólares antes de fin de año, que comenzará a pagar en 2012, en tanto Ford solicitó 9 mil millones de dólares, para llegar a la productividad en 2011 con autos eficientes en energía.
La cifra total solicitada por los tres fabricantes de autos alcanza los 34 mil millones de dólares, 9 mil más a los 25 mil millones solicitados inicialmente por las firmas automotrices a cambio de que hagan modificaciones para lograr mayor productividad y eficiencia.
Las solicitudes de crédito coincidieron con informes dados a conocer el martes por las mismas compañías, en los cuales se reflejan fuertes descensos en sus ventas. General Motors registró una reducción de 41 por ciento en octubre, mientras las de Ford cayeron en 30.6 por ciento, en tanto Chrysler declaró una caída de 47 por ciento en noviembre, con relación a un año atrás.
El Congreso de estadunidense celebrará audiencias esta semana para evaluar las solicitudes de la industria, con objeto de evitar un colapso y la pérdida de 3 millones de empleos.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, estimó este martes que una quiebra de los fabricantes de automotores “no es una opción”, y señaló que una línea de crédito a corto plazo sería “un modo apropiado de proceder”. Agregó que “el jueves y el viernes tendremos audiencias en el Congreso para revisar el plan”.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, dijo que no se podía permitir que quiebren y cierren sus negocios los fabricantes de automóviles, especialmente porque el país está “lejos de haber superado” la situación económica actual.
“Dado el estado de nuestra situación económica en este momento, dada su fragilidad, ciertamente no creo –y nadie en nuestra administración lo cree– que la quiebra de una empresa automotriz sea buena cosa”, dijo en una reunión del Consejo de Asuntos Mundiales. “Hemos buscado una solución que evite la bancarrota, pero esa solución tiene que conducir a una industria viable”, señaló Paulson.
La Casa Blanca señaló que mantiene su postura de que los complicados fabricantes de autos deben probar su viabilidad antes de recibir ayuda gubernamental, al tiempo que las tres principales automotrices presentaban sus planes al Congreso.
Ford, primera empresa en revelar su plan de negocios al Congreso, pidió acceder hasta a 9 mil millones de dólares en créditos puente del gobierno para apoyar su restructuración.
Por su parte, General Motors solicitó 12 mil millones de dólares de crédito al gobierno apenas para evitar un llamado a acreedores el próximo año, y se comprometió a pagarlos en 2012.
Sin embargo, el fabricante advirtió que necesitará otros 6 mil millones en ayuda gubernamental si continúan “las severas condiciones del ramo”, que servirán “para contar con liquidez en caso de que se mantenga el retroceso del mercado estadunidense”.
Según el plan de restructuración que GM presentó al Congreso, se prevé suprimir hasta 31 mil 500 empleos en América del Norte hasta 2012, así como reducir su plantilla salarial de los actuales 96 mil 537 trabajadores a entre 65 mil y 75 mil hacia 2012.
Chrysler aseguró a los legisladores que necesita un préstamo de 7 mil millones de dólares para sobrevivir a la tempestad mundial de crédito.