■ Presentaron libro sobre la capital, coordinado por Jorge Legorreta
Llama urbanista a vivir la ciudad de de México “para transformarla”
Conocer la urbe para sentirla propia, cercana; inmiscuirse en sus problemas y en la búsqueda de soluciones, quererla, son algunas de las premisas en la ya larga trayectoria del arquitecto y urbanista Jorge Legorreta, quien ahora, en esa línea, da a conocer el libro La ciudad de México a debate, que él coordina y en el que participan 18 autores.
Un libro que condensa todos o casi todos los problemas, muchos de los enfoques y perspectivas, y un tono que busca desacralizar el conocimiento de esta singular zona metropolitana de 22 millones de habitantes, ubicada en la cuarta parte de una cuenca antes lacustre, rodeada de 34 volcanes, a más de 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar, en un área de alta vulnerabilidad sísmica y eruptiva, en el delta de 45 ríos, “mucho más que los dos o tres de otras grandes civilizaciones”.
Ante problemas graves como la contaminación, la escasez de agua, la inseguridad, el transporte público deficiente, el caos vial, el hundimiento, las inundaciones, la pérdida de áreas boscosas, la urbanización de sus zonas rurales, Legorreta advierte, una vez más, que la ciudad debe ser “pensada”, repensada y planificada de manera urgente, con vistas a lograr soluciones reales de aquí al año 2040, según plazos de planificación convenidos a escala mundial.
Un área metropolitana también con récords positivos, como contar con seis sitios declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad (mientras que otras ciudades importantes llegan a lo mucho a tres): Teotihuacán, Centro Histórico, Casa Estudio de Luis Barragán, Ciudad Universitaria, Xochimilco y vecindades, y ruta de los conventos en las faldas de los volcanes.
El cobro de la naturaleza
En entrevista con La Jornada en la sede de Metrópolis, Centro de Información de la Ciudad de México, que dirige en la Casa del Poeta Ramón López Velarde, en la colonia Roma, Jorge Legorreta, también ex delegado en Cuauhtémoc, comenta de entrada que los medios de comunicación en general han construido un discurso catastrofista “contra las ciudades”, dejando de lado aspectos como la mencionada riqueza cultural.
El conocimiento ciudadano de la urbe, de sus problemas y riquezas, de su funcionamiento, es importante para “vivirla y transformarla”, pues la desinformación lleva a la apatía. De hecho, dice, el libro La ciudad de México a debate (Ediciones Eon-UAM) es producto de unos exitosos cursos para todo público.
Realizados en 2006 en el Museo Franz Mayer, con el aval de la Universidad Autónoma Metropolitana, en los cursos se percibió la “enorme necesidad” de la gente común de informarse y hablar, de participar y proponer soluciones, agrega.
Legorreta reconoce que apenas se ha comenzado a descubrir la naturaleza más allá de la ciudad, entendida ésta sólo como “lo urbano”.
Y al desconocer la naturaleza donde está asentada y que la rodea, completa el especialista, “la seguimos destruyendo con grandes construcciones en la periferia, suprimiendo su agricultura, sus bosques, su recarga acuífera. Y la naturaleza cobrará esto en el futuro”. Menciona uno de los problemas más cercanos: el riesgo de una gran inundación.
Ya hay mayor conocimiento, señala, pero hace falta traducirlo en políticas públicas. Por ejemplo, ilustra, no se debe sacar el agua por túneles, sino almacenarla en especies de presas en las partes altas, donde aún sobreviven 11 ríos perennes. Ésa sería una reserva fundamental para los seis meses de estiaje, dice.
Luego de cuestionar problemas administrativos y jurídicos como la “atomización” de decisiones en municipios mexiquenses, delegaciones capitalinas, dependencias federales y del gobierno local central, así como que las decisiones las tome el Ejecutivo defeño y no la instancia más plural de la Asamblea Legislativa, Legorreta reiteró un cuestionamiento cada vez más compartido: la falta de planificación integral, transexenal.
La ciudad de México a debate fue presentado ayer en el Museo Franz Mayer, con la participación de varios especialistas.