¿La Fiesta en Paz?

Leonardo Paéz

■ Secuestrar tradiciones

Sus habitantes somos los últimos en enterarnos, pero México es un país que va siendo secuestrado, tanto por “los buenos”, llámense, gobiernos, políticos, televisoras, monopolios varios, pésimos servicios, etcétera, como por “los malos”, crimen organizado, narcotráfico, violencia física y sicológica generalizada, con una exigencia de rescate excesivo, que se paga a diario, pero sin visos de que la ciudadanía se dé cuenta de cómo ejercer su poder de liberación.

Así, la ya no tan apacible Aguascalientes se quedó con las ganas de ser sede de la Feria Mundial del Toro, que volverá a celebrarse en Sevilla el próximo mes de febrero, con importantes aportaciones del ministerio de Comercio, Turismo y Deportes y el de Agricultura y Pesca, para llevar a cabo la muestra, prevista del 4 al 8 del citado mes.

Este apoyo oficial de 200 mil euros (cerca de 3 millones 400 mil pesos) por parte de las autoridades, con el fin de reflexionar, en serio, en torno al toro de lidia, refleja dos cosas: una, la importancia que en España se le sigue dando a la crianza del toro como el otro protagonista principal del espectáculo, y otra, el compromiso real por parte del gobierno, independientemente de los partidos políticos y de las recomendaciones seudocivilizatorias de la Unión Europea, con una tradición popular y cultural española que no está a negociación.

Por estos rumbos, más dados hoy a la grilla divisora e irresponsable que a la acción concertada, difícilmente podemos convocar a una feria mundial de algo, y más cuando Aguascalientes ha consolidado su fama de ciudad taurina secuestrada por el propietario de las dos plazas –San Marcos y Monumental– y las autoridades municipales y estatales se muestran anuentes con este secuestro.

Una ciudad donde sólo por excepción se lidia el toro con edad y trapío, difícilmente puede aspirar a ser modelo a seguir, no se diga a convertirse en sede de la Feria Mundial del Toro, por más ferias rumbosas que celebre, pues se cosecha lo que se siembra, y la frivolidad nunca ha dado fruto.

Por otro lado, pero en el mismo estado, el carismático matador aguascalentense Arturo Macías se ha quedado sin representante, ya que quien fungía como su apoderado, el matador en retiro Luis Fernando Sánchez, decidió acompañar el año entrante a España a su sobrino, el novillero Juan Pablo Sánchez.

¿Dónde encontrar en México apoderados profesionales? ¿Logrará Arturo Macías mantener el paso en sus próximas actuaciones? ¿Habrá próximas actuaciones? ¿Su posible apoderado será capaz de llevarse bien con Dios y con el Diablo y convertir a su poderdante en figura? ¿Está Macías en manos de alguna de las empresas que forman el pasmado duopolio taurino del país?

Ojalá el prometedor Arturo encuentre a alguien que a sus conocimientos y habilidad añada la capacidad de percibir con claridad, no sólo con amistad, las cualidades reales de Macías, pulirlas cada día y contribuir a afinar su gusto por una vida con grandeza, no sólo con dinero, contribuir al reforzamiento de su vocación, motivarlo y apoyarlo sin darle coba, pero a la vez sin estorbar su corazón.